domingo, 16 de marzo de 2008

LA ANTIFILOSOFIA

La Extensión Intencional
INTRODUCCIÓN
¿Cómo es que el lenguaje designa a los objetos? ¿cómo es que podemos hablar de las cosas?, ¿qué es exactamente lo que hacemos al nombrar?; ¿que clase de cosa es un significado? Estas preguntas, fascinantes sin duda, habitualmente han demostrado su inmensa dificultad y obscuridad. Mi creencia personal es que la falta de un avance claro y definitivo hacia una posible solución proviene de la manera específica en que interpretamos el mundo y su relación con el lenguaje, esto es, las creencias generales sobre las que descanzan nuestras nociones más básicas acerca de la realidad (más allá de lo que consideramos los límites del lenguaje o lo que puede ser puesto en duda con él). Es sobre este último tópico que intentaré trabajar mi propuesta.
PROPUESTA
Las palabras son extensiones perceptuales de los objetos, más correctamente, son extensiones sensoriales de los perceptos cuyo carácter es intensional.
Las palabras no son las que "expresan", en un sentido estricto, los que expresamos somos nosotros, vía conducta (y también, sólo a través de conducta es que interpretamos). Lenguaje es acción. El lenguaje puede interpretarse como patrones específicos de comportamiento motriz y perceptual, que gracias a asociaciones previas en la memoria, son traducidos como extensiones del resultado de otro tipo de conductas motrices y perceptuales, llamadas objetos (un "objeto" es tomado en este sentido como un constructo, una entidad formada y mantenida por procesos enormemente complejos de conductas motrices y perceptuales que son producidas por la "percepción secundaria", volveremos a esto más adelante.
1 COMO ESTÁ ESTRUCTURADA LA PERCEPCIÓN.
Para sostener lo anterior es necesario hacer una revisión de lo que considero que es el acto de percibir y cómo es que funciona. Esencialmente, y para base de mi postura, es necesario interpretar la percepción ligada al lenguaje como un acto aprendido.
Otro punto importante para estas ideas es el considerar a los objetos del mundo perceptual como el resultado de una serie de conductas de aprehensión en relación a ciertas cualidades sensoriales. Este es un punto difícil, ya que la noción de objeto está tan dentro de nuestra estructura linguística que es difícil, en principio, pensar en ellos como otra cosa que no sean entidades perfectamente definidas y con claros estados ontológicos (después de todo, nosotros mismos tendemos a considerarnos como objetos dentro de un mundo de objetos). Lo interesante de todo esto comienza al preguntarnos un poco más a fondo cómo es el proceso perceptual (o mental) que subyace a toda "representación mental" de "objetos externos". Y pongo estas dos nociones entrecomilladas para hacer más notorio el hecho de que ambas son de alguna manera, inseparables. En efecto, este modelo habitual sólo funciona si damos por sentado una serie de supuestos, como el que las cosas son externas y nuestros pensamientos sólo refieren a ellas por medio de modelos o representaciones tomadas de nuestros sentidos.
Pero todo esto parece presuponer (entre otras cosas) algo así como un proceso perceptual pasivo. Parecido a poner una cámara con el obturador abierto y dejar que "se impresione" con lo que ya está ahí. En este sentido, por supuesto, se puede hablar de un Sin embargo, para el modelo que intentaré trabajar, la percepción dista mucho de funcionar bajo un mecanismo tan sencillo como este. Hay ejemplos de más para subrayar los problemas inherentes a esta posición, por lo que destacaré sólo algunos de los que me parecen más relevantes: En un acto de percepción... ¿cuál es la parte mental y cuál la parte física?, ¿qué es exactamente eso de lo "mental" y cuales son sus relaciones causales con el mundo?; hay un "imput" ¿pero también hay un "output"? Pienso que una manera de erradicar estos problemas es partir de una base conceptual diferente. Para ello empezaré haciendo un bosquejo de algunos puntos que me parecen importantes para luego explicar un modelo perceptual ligeramente distinto. Primero que nada, consideremos que al percibir, lo que estamos haciendo todo el tiempo es reconocer lo que se podría definir como "patrones constantes". Si esto es cierto, todo acto perceptual invoca lo que se puede denominar como dos "entradas" sensoria Ahora bien, considero que sin esta retroalimentación (que provoca el reconocimiento) no habría nada así como el mundo que conocemos y sus consecuentes diferencias. Así, todo acto perceptual que dé por resultado un estado "cognocente", debe estar basado en la memoria (que es la base para la retroalimentación), en un sistema que denominaré (por carecer de palabras más adecuadas y estando plenamente conciente de lo vago que resulta por ahora esta noción) como "patrón homeostático interno".
Un acto sensorial es un evento que requiere interactividad de parte de los mecanismos sensoriales, no mera expectación. Esta interactividad puede darse en diferentes niveles, ya sea los actos puramente senso-motores en un nivel o la retroalimentación mem Es por esto que lo que Hay, en un sentido estricto y para este modelo, es esa respuesta y no la "representación mental" de nada. En otras palabras, aquí no hay lugar para un modelo ni un símbolo o mapa en el cerebro de "cosas allá afuera", sino diversos De ser cierto esto, el malentendido provendría de querer hacer una substitución (proveniente de postular "dos niveles de realidad"), al creer que una cosa está en el lugar de otra (una representación). En este caso no la hay, debido a que nunca hay cosas tales como objetos externos y su contrapartida interna, sino diversos tipos de procesos perceptuales, y también debido a que lo que está en juego es siempre uno y el mismo proceso, solo que no siempre instanciado de la misma manera: Expliquemos esto más detalladamente.
En la idea de la representación, una palabra como "casa" (o una "imagen mental", o lo que sea) se supone que queda en lugar de un objeto, a saber "casa" (¿¡!?). Y con esto se pretende dar identidad independiente a ambas entidades. En mi opinión los problemas son obvios, primero otorgamos existencia a dos ideas y luego las ponemos a jugar una extraña relación entre si. En este modelo, en cambio, nunca hay una substitución de una cosa por otra, más bien hay un sistema extremadamente complejo de conductas sensoriales y memóricas lo que entra en escena. A veces se "enciende" una determinada parte del sistema, a veces otra, y esto es todo lo que ocurre (digamos que la interacción en este sistema ES la casa, ni el input sensorial ni el estado homeostático interno contienen "la casa en si").
Para concebir este proceso, los llamados objetos (los invariantes perceptuales) deben ser tomados como un tipo de "perceptual cues" que en interacción con los patrones constantes de la memoria (el patrón homeostático interno), son los que van dando lugar a todo lo que percibimos, a los objetos como objetos. Entonces, nuestra idea usual de objetos se transforma aquí en la de "procesos perceptuales conceptualmente invariantes" o algo así. De esta manera todo lo que habría serían estos procesos que pueden ser más o menos estables y con diferentes cualidades sensorias o relacionales entre sensorias. Y tod proceso de esta naturaleza estaría acotado por las conductas de los mecanismos perceptuales que los instancían.
La naturaleza de los "perceptual cue" estaría siempre acotada por nuestra conducta sensorial, por el cómo se dan los eventos en la memoria perceptual. El mundo que conocemos consiste, en este sentido, de procesos o eventos, no de cosas. Los llamados obje Así que, según estas ideas, ¿qué hay "allá afuera"?, Algunos tipos de "propiedades físicas" o "perceptual cues" o lo que sea, pero nunca las "cosas" que pensamos (todo lo que puede ser pensado es algo que puede ser descrito y sólo podemos describir aquel Siguiendo entonces con este modelo nunca hay "Una Mesa", sino una relación entre algunas propiedades o procesos sensoriales, una colección de patrones de conducta sensorial y un background de conductas memóricas. Y lo importante y, pienso yo, innovador de estas ideas es postular que es de esta relación de donde surge la nocion de un objeto llamado mesa y de una entidad que lo observa. Más en "La Realidad Objetiva", estas divisiones entre lo interno y lo externo, o entre el observador y lo observado deben de ser inexistentes. ¿Porqué es que se considera tan inamovible este sistema de creer en objetos y sujetos?
1A COMO ESTÁ ESTRUCTURADA LA MEMORIA
Siguiendo las ideas anteriores la memoria puede considerarse como un sistema de almacenamiento de patrones de conductas tanto motoras como perceptuales. En este sentido, la memoria solo registraría patrones de comportamiento, de acción y su relación con procesos perceptuales constantes, no objetos de ninguna clase. Un tipo de memoria conductual asociativa es la que me interesa mostrar en este momento (es la memoria que se pone en funcionamiento al interactuar las conductas perceptuales con el patrón homeostático interno). Gracias a ella es que un perceptual cue va asociando o pegando distindos elementos perceptuales, mismos que se van uniendo en algun tipo de entramado o patrón unificado. De esta manera, varias conductas motrices y perceptuales se integran en un solo percepto, unificadas por este proceso. Y es este patrón unificado el que puede ser llamado "objeto".
Más adelante entra en escena otro tipo de memoria importante para estas ideas, la memoria "asociativa de alto nivel", aquí, más que haber un correlato o asociación entre una conducta motriz y una perceptual o entre dos perceptuales de distintos dominios (auditivo y visual por ejemplo), la relación se da entre dos elementos ya en este nivel proposicionales o intensionales, quizá puramente memóricos (aquí se invocaría solo una parte del sistema perceptual que serviría de "extensional cue", y las asociaciones sería entre varias de estas actividades). Este otro elemento es el lenguaje. De hecho aquí considero el lenguaje como un tipo especial de actividad sensorial y motora que se estructura en base a este tipo de "memoria de alto nivel"
2 LAS TRES ETAPAS DE LA CREACIÓN DE LA EXPERIENCIA
Siguiendo las ideas anteriores podemos postular que "antes" de haber un acto perceptual (antes de que esté integrada "la entidad cognitiva") está lo que románticamente podría denominarse como "lo innombrable" (aquello que nunca tocará el lenguaje), y que Más tarde, conforme el contenido de estos perceptos se vuelve más complejo y la capacidad cerebral aumenta se establece lentamente la "criatura intensional", y en ella las huellas mnemónicas se vuelven más de tipo asociativo entre ellas mismas (en diversos grados de instensionalidad) que meramente de conductas motrices (esta es la percepción secundaria o proposicional que trabaja con la memoria de alto nivel). Es en este nivel en donde las palabras, más que representar objetos de la realidad exterior, se convierten en verdaderas extensiones perceptuales de conductas perceptuales. Luego ya no se necesitan las conductas perceptuales completas, bastará con sus respectivas extensiones que se van ramificando en extensiones de extensiones, en un entramado extremadamente complejo, hasta conformar un lenguaje como el nuestro. Y es en algún momento de esta etapa cuando "surge" el organismo intensional, cuando se da la escisión entre "el observador" y "lo observado". Cuando se da "la frontera del mundo"
Expliquemos las cosas con más detalle. En un nivel básico aprendemos que lo que desde "aquí" llamamos un gato (que en este nivel es innominable) mantiene ciertas características (visualmente) con independencia de la forma en que se nos presente, esté acostado, caminando o en posiciones diferentes (digamos que es algún tipo de masa que se mueve al unísono), después aprendemos a que determinado tipo de "sonidos" (porque todavía no llegamos a ese nivel de diferenciación en donde un sonido es un sonido) tienen relación con esa forma visual constante (aquí se crea ya un tipo de asociación de bajo nivel, casi puramente de conductas perceptuales). Y es más tarde cuando otro tipo de sonido se relaciona también perceptualmente al mismo (aquí se crea un tipo de asociación de alto nivel o intensional), ese sonido es una palabra. Es hasta este momento cuando decimos que la palabra adquiere un significado y una existencia como concepto o entidad independiente ( o lo que sea), pero espero pueda verse claramente como nunca lo hace. (si esto es cierto, la explicación no es más que la substitución de unos elementos perceptuales por otros intensionales, eso es todo).
Pongamos otro ejemplo; para un niño pequeño "gol" o "pelota" no significan (en el sentido que para un adulto "significan") esa cosa redonda que pateamos o el hecho de que la introduzcamos en un espacio determinado (o qué, ¿tendríamos un "pre-significado"?), sino un conglomerado de cosas (para nosotros) como juego, diversión, agrado, etc. etc. Aunque más exactamente debo decir que, sin significado alguno, para el sistema perceptual del infante es sólo un "disparador cognitivo" de cierto patrón homeostático interno que provoca ciertas conductas ( en este caso agradables a ese organismo en particular). Digamos que la aferencia sensorial entra en contacto con un tipo especial de memoria asociativa que instancía conductas específicas. De donde "gol" o "pelota" (o cualquier otra palabra, por supuesto) no significan nada (ni aún para un adulto) son sólo asociaciones conductuales y operativas congruentes con una serie de actos motores y perceptuales específicos. Son Extensiones Perceptuales de esos actos. Su significado es su operativilidad, su grado de congruencia como conducta asociativa a los perceptos. Ese es el secreto del lenguaje.
3 LA ESFERA LINGÜÍSTICA.
La conciencia humana es su lenguaje. A este estado de criaturas intensionales se le puede denominar "esfera lingüística". Todo lo que el hombre "cree" acerca del mundo, todo lo que siente, piensa, sueña, está dentro de esta esfera. Pero más asombroso aún, también todo lo que percibe.
Es cierto que para fines prácticos pensamos que un ser sin lenguaje (como podría ser un Genie o una Keller ) percibe su entorno de una manera muy similar a la nuestra, aunque sin nombres. Pero yo considero que esto es un error, un malentendido que proviene de nuestra incapacidad para ver el mundo sin interpretación. En efecto, una vez establecida la criatura intensional, cada vez que, concientemente perciba algo, lo hará a través de esta estructura, interpretando lo que ve. Es tan fuerte esta estructura, y está tan ligada a lo que somos (es más, ella es lo que somos) que no podemos pensar más allá de ella. Pero estados alterados de conciencia rápidamente muestran la ilusión en la que vivimos inmersos (tan completa y profundamente inmersos, para ser exactos, que ni nos damos cuenta).
Sin las referencias memórico-linguísticas, el mundo, como lo conocemos, "deja de existir" (al desaparecer la esfera lingüística o lo que se puede llamar como "estado homeostático intensional" y aunque sigan estando todos los perceptual cues que se quiera Hablando con propiedad, no es que la percepción "defina" la realidad (en el sentido que querría un idealista), pero si podemos decir esto del estado del "mundo perceptual". La percepción, (especialmente la percepción intensional) define en un sentido fuerte la relacion intensional y proposicional de un organismo con su entorno, o dicho de otro modo, el estado de todas sus creencias. Sólo aquello a lo que nuestro lenguaje alcance es nuestro conocimiento.
4 LA CREACIÓN DEL UNIVERSO OBJETIVO
El mundo (constituido por materia-energía, espacio-tiempo) tal como lo conocemos es, en este sentido, una "creación" conceptual nuestra. Al decir esto no pretendo plantear una especulación de tipo idealista, aunque tengo que insistir en algunos puntos interesantes de tal postura. La postulación de un universo de objetos, espacio y tiempo que tienen claros estados ontológicos no es más que una de las posibles "interpretaciones" de la información de los sentidos.
Es muy probable que esta manera en que hemos organizado los perceptos tenga su origen en la supervivencia de nuestra especie, o dicho en otras palabras, que la manera en que organizamos los perceptos (en un mundo de objetos, espacio y tiempo) obedezca a fines prácticos. Pero estoy convencido de que una percepción ligeramente distinta podría dar lugar a interpretaciones sorprendentemente diferentes acerca de la realidad, o de lo que es real (como sucede con algunas culturas). Es más, el simple hecho de que haya maneras (y muy sencillas por cierto) de alterar el contenido sensorial de la conciencia es prueba de que nuestra manera acostumbrada de hacerlo no es más que eso, nuestra manera acostumbrada.




El único momento en el que existes es este en el que lees. No hay ningún otro momento (si lo hubiera no estarías leyendo). Estas leyendo en este instante lo que yo estoy escribiendo en este instante, ahora mismo (sin embargo estamos separados).
Sí, piensas, ¡claro que lo estoy leyendo en este instante!
Pero no. Soy yo el que está escribiendo en este instante lo que piensas.
Es en este preciso instante cuando yo escribo estas letras que tus ojos tocan justo ahora, en este preciso momento.
¿Te das cuenta de como soy inmortal? (me bastan tus ojos, tu existencia y me basta hasta el hecho simple de que tu voluntad me acompañe).
Mientras estén tus ojos estará esta parte de mí reviviendo. Reviviendo.
Y yo tan vivo que me siento en este instante.

El tiempo en el que escribo me relata
Explicaré la magnitud del tiempo; ¿te has fijado en como parece detenerse en cada cosa? El tiempo va paciente, rondando, entremetiéndose por cada esquina y escondrijo, se dobla y se tuerce para entrar por las rendijas, y luego se expande y llena los vacíos entre las cosas. El tiempo puede doblarse y descomponerse en el espacio, se va transformando lentamente, a nuestro paso (cada suspiro lo transforma un poco y gime). El otro día entraba yo a esta estancia, y lo vi alejarse, se volvía pequeño y trataba de escapar por una rendija en el vacío, entonces lo detuve y al tomarlo apreté los dedos en mi palma, sujetar al tiempo (pensé) es sostener mi vida entre las formas Ahora (en otro ahora, siempre ahora) estoy sentado entre los árboles, a cada movimiento yo me muevo, pero él, él no se mueve. Estoy y no estoy en este instante, porque me recargo en mis rodillas y me recuesto en la corteza y estoy en medio en este instante (en dónde la manecilla del reloj se mueve sin moverse). ¿Cuantos yo pueden estar en tantas posiciones diferentes? mi asombrada mente se percata sin creerlo, y algo dentro permanece, por eones, inmutable. En el instante detenido comprendo que el espacio y el tiempo y yo mismo, somos la misma cosa (el movimiento de mi vida lo confirma). Ahora mismo, mientras lees, el espacio se transforma en este tiempo en que tus ojos corren (deslizando su mirada en estas manchas), ¿lo has visto?

Pessoa nada sabía de metafísicas yo, por mi parte
He visitado los confines del universo y he regresado
He estado más lejos que a diez mil años luz de lo mismo
Más allá de las ideas o discusiones en el tiempo hay un
Respira, ve, toca
Que conforman toda mi metafísica

Hoy me di cuenta de algo de mí que no sabía. Yo había venido a parar al mundo. Y no sabía, no tenía idea de porqué (o de si había un porqué). A veces ni yo mismo reconocía mis memorias como algo mío, "debe haberle pasado a alguien más", solía decirme.
Pero hoy me di cuenta de otras cosas. Como por ejemplo de este apretar apesadumbrado que es la vida a veces. O de que mis ojos no ven con ánimo o de que mis manos tardan tanto para moverse. De que la ropa pesa tanto.
Sí, hoy me di cuenta de que yo era otro. El que había nacido para otras cosas.

Si te fijas muy bien, descubrirás la realidad última del universo justo entre estas palabras. Entre estas pequeñas letras donde tus ojos corren. Es cuestión de fijarse lentamente, de ver sus formas despacio. Ahora. Es cuestión de no olvidar alrededor y de agudizar los sentidos.
Es permitir que las sensaciones fluyan entre tus manos, en el aire que transita libremente cuando respiras. En la particularísima porción de colores y tonos de luz por todos lados y en cada una de las sensaciones corporales.
Si miras bien, no puedes dejar de verla.

La vida gira sobre los mismos círculos. Ya antes había pasado yo por estas calles, con motivos distintos, con historias distintas por fuera y otras emociones por dentro. Ya antes había pasado por lo que siento ahora y había tomado fuertes resoluciones en cuanto a lo que en el futuro haría si volvía a sentir lo mismo (y no lo he hecho).
Todo se repite constantemente, y una otra vez nos damos cuenta de nosotros mismos. De que somos otra vez el mismo, el que soñaba otras cosas, el que creía que el mundo era distinto y no lo era.
Siempre recordándonos, volviendo a vivir, pasando otra vez por esos lugares que nos relatan a otros o a aquellas personas que estaban en aquel entonces. Volviéndonos a describir, reencontrando constantemente lo que somos. Una y otra vez descubriéndonos en el espejo.
Acercándonos sin llegar nunca.

¡Muerte!, ¿Cómo va a ser que muera si yo ya estuve muerto?, ¿volver a morir?. Si pudiera volver a morir entonces renacería, pero las palabras no llegan. Morir, ¡que cosa tan estúpida! (se dice: murieron, muerte, morirán, han muerto, se están muriendo).
¿Porqué nadie comprende la realidad última de estas palabras?
Yo ya estuve muerto antes de nacer, ahora escribo.

Hay una cierta cantidad de consenso a pensar en que el mundo está hecho de átomos, a que la realidad es física y se rige por las leyes de la física. A que la materia y sus cambios ocurren en el espacio-tiempo y que la consciencia es algo así como una ilusión compleja, pero no "lo existente". A manera de sueño, suponen que la consciencia sólo existe bajo determinado equilibrio de intercambios químicos y eléctricos, que es como algún tipo de producto, pero nada más. Y dicen también que la vasta maquinaria del cosmos funciona ininterrumpidamente (a todo esto, por cierto, se le puede llamar también "el pensamiento inteligente").
Yo, por otro lado, siempre he tendido a pensar un poco distinto, un poco más a la manera de los tontos. De una manera que dice nunca hay otra cosa sino "esto", lo demás son ilusiones del esto, juegos de constancias memoriales, danzas de sombras cambiantes sobre las mismas variantes (luego entonces, lo único que "realmente existe" es el esto).
El mundo, entonces, está hecho de la constancia o permanencia del esto. De la unidad y continuidad de un hilo de memoria permanente (mientras que haya tiempo).
Esto es lo que aprende a verse a sí mismo como algún tipo de dualidad, "el que ve, y lo visto". Lo visto queda como la región en dónde recaen todas las nociones de lo real, lo permanente, lo verdadero. Mientras que el que ve insiste en alienarse y se proyecta distinto, ya sea epifenómeno o espíritu.
¿Para qué tantas divisiones cuando lo evidente es… evidente? (dicho en otras palabras; ¿estás leyendo o no estás leyendo?). A todo esto, por supuesto, sigue una conclusión inevitable:
Lee, ama, siente,
Y no termines

Hay dentro de mí un ser antiguo, que entiende todas las cosas. Hay dentro de mí toda naturaleza, toda sabiduría acumulable, todos los tesoros que existen. Soy consciente de él, le amo, así es como no dejo de aprender lo que es esto. Algunos le llaman el Ser, Dios o el gran Yo interno. Yo mismo no le llamo de ninguna manera (porque entiendo).
Hoy me llevo bien con él, aunque a veces no lo he entendido y hasta le he odiado, también le he tenido miedo.
¿Pero si entiendes, cómo odiar, cómo tener miedo?

Tengo ciertas inquietudes vitales. Ciertas preguntas viscerales, concretas y audaces, que no pueden ser contestadas por ciencia alguna. Que no pueden ser resueltas por religiones pertinentes. Que no tienen respuestas asombrosas de mentes medianas o mediocres.
Tengo algunas necesidades tan profundas, tan mías, tan cercanas. A ellas me aferro y las acaricio y las exploro.
A ellas sigo apegado hasta que abro los ojos. Y asombrado veo.

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