jueves, 13 de diciembre de 2007

Enseñanzas de la risa

Por Eduardo Jáuregui

Cuenta una leyenda China que en tiempos remotos, tres monjes viajaban juntos compartiendo su sabiduría con la gente del gran imperio oriental. No predicaban sermones sobre la iluminación ni se esforzaban por convertir a nadie con ingeniosos argumentos filosóficos. Al llegar a cada aldea, se dirigían a la plaza principal y sencillamente explotaban a reír en una triple y sonorosísima carcajada. La gente del pueblo en seguida salía de sus casas corriendo para averiguar qué es lo que tenía tanta gracia, y al ver a los tres monjes desternillándose en el suelo, emitiendo ola tras ola de hilaridad, no podían sino contagiarse. Incluso los sujetos más serios y avinagrados acababan cayendo presos del embriagante buen humor de estos monjes, convirtiéndose el pueblo entero en un enorme y caótico jolgorio de comicidad.
¿De qué reían estos tres monjes? Nadie, nunca, logró sacarles una explicación. Sin embargo, todos se contagiaban de su risa, como si en lo más profundo de su ser, de manera intuitiva, entendieran a la perfección el misterioso y divertidísimo chiste que conscientemente no lograban descifrar. Y lo más curioso es que nosotros, al oír el cuento, aceptamos que incluso si los tres monjes no son más que los simpáticos personajes de una leyenda ficticia, podían haber existido. Es como si sospecháramos que detrás de la fachada del trajín cotidiano de la vida, con sus esfuerzos, ambiciones, amenazas, luchas, éxitos y desastres, se esconde efectivamente una colosal broma.

El Imperio de la Seriedad
Si es así, en la sociedad occidental parecemos haber desterrado estos monjes a un lejano exilio. Aquí la sabiduría es cosa de filósofos y científicos solemnes que consideran la historia humana una casualidad sin sentido en un universo mecánico, frío y hostil. Para los que creen, la religión ofrece alguna esperanza, pero sólo después de atravesar este “valle de lágrimas” con la cruz a cuestas (¡y eso si se salvan de las torturas del infierno eterno!).
Aquí en Occidente, el humor se considera algo “frívolo” y de mero “entretenimiento”, que no se enseña en las escuelas ni se fomenta en el trabajo. Al contrario, las risitas y “las niñerías” se prohíben en la mayoría de los ambientes, quedando acotados a unos ámbitos cada vez más reducidos: el ocio, la familia, la pareja y las amistades. Mientras tanto, la seriedad está de moda, cotiza cada vez mejor y se globaliza. El Ex-presidente Aznar, sin ir más lejos, a menudo hacía gala de su propia “seriedad”, la de su partido y la de su nueva España, porque así podemos medirnos con la media de seriedad europea y con la del modelo de seriedad global: Estados Unidos. Y no se trata en este caso de mera retórica, porque según el último y muy sobrio informe de la Organización Internacional del Trabajo, el español medio trabaja prácticamente las mismas horas que el empleado americano o japonés (unas 1800/año), quedando muy por encima de la media inglesa (1700), alemana (1450) u holandesa (1350). ¡Menos bromitas con el tópico del español vago y trasnochador!
Y desde la capital del nuevo Imperio de la Seriedad que lidera George W. Bush, el mundo se interpreta en clave de drama: El tercer milenio se estrenó bajo un nuevo régimen de “terror” impuesto por “fanáticos suicidas” que nos obligan a luchar una “guerra permanente” contra el “eje del mal”. Como si no nos bastara con las amenazas de la pobreza, el crimen organizado, la superpoblación y los desastres ecológicos. Este mundo no tiene ni pizca de gracia.

¡JA!
Pero, ¿es esto sano? ¿Y es tan siquiera una visión certera? Según la perspectiva de numerosas tradiciones de sabiduría popular, filosófica y mística, más bien parece que nos hayamos vuelto locos: la vida no es tragedia, sino comedia, y es mejor reír que llorar. Según los budistas, al contemplar el mundo con desapego descubrimos que nuestros mayores dramas, hazañas y tesoros no son más que espejismos, pura ficción. Es por eso que el Buda y los dioses hindúes aparecen en las estatuas con una sonrisa o incluso riendo alegremente. ¡La vida no es más que una gran inocentada cósmica!
Esta risueña concepción del universo es común a toda la filosofía oriental. Los grandes maestros espirituales de la India, maestros también de la risa y de la comicidad, consideran que la mayoría vivimos la vida bajo una gran ilusión, y que la esencia del Yo es el ananda, la alegría o felicidad absoluta. Incluso el nombre que adoptan estos sabios contiene a menudo esta idea: Sivananda, Yogananda, Satyananda. El Taoismo considera que la racionalidad seria y lógica es inútil a la hora de explicar la Verdad, y por ello se basa en absurdas paradojas y aforismos dignos de Groucho Marx. Los maestros Zen realizan todo tipo de bufonadas y plantean adivinanzas surrealistas (koan) a sus discípulos para provocar la iluminación espontánea mediante una zancadilla metafórica o literal. Estos novicios pueden dedicar meses a meditar sobre la pregunta “¿Donde está el Buda?” sin lograr una respuesta que agrade al maestro, hasta que este último les deja atónitos con la imprevisible y profanadora respuesta: el Buda está... defecando.
En realidad, esta dimensión cómica existe en todas las tradiciones espirituales. El Islam es hoy tristemente famoso por el fanatismo de algunas sectas, pero también posee un gran tesoro de divertidas parábolas en la rama de los sufíes. En las sociedades tribales de África y de las Américas es muy frecuente la figura del “payaso ritual” que participa en todos los actos religiosos. A lo largo de nuestra propia historia, las diversas iglesias cristianas han reprimido los placeres y han prohibido la profanación humorística de lo “sagrado”, en contra del espíritu rebelde del fundador y de algunos seguidores (como San Francisco de Asís) que jugaban con los niños y se reían de fariseos e imperios. No obstante, el pueblo ha seguido celebrando sus carnavales y sus fiestas, en las que se invierten las reglas sociales y se da rienda suelta a la risa. También veneramos a los grandes cómicos que consiguen que nos tomemos la vida en broma. Chaplin, quizás el mayor entre los santos modernos de la comedia, consiguió que el mundo entero se riera incluso de las mayores barbaries del siglo veinte, como fueron el nazismo y las fábricas de la revolución industrial. En una ocasión explicó su secreto, que coincide con el de los místicos orientales: “la vida es una tragedia en primer plano, pero una comedia desde una perspectiva más amplia”. Amén.

Crecer con la risa
El autor Joseph Heller escribió que “de mayor, quiero ser niño”. Según esta ideología neomarxista (del marxismo de Groucho, no el de Karl), la madurez no equivale a la seriedad. Al contrario, el proceso de maduración emocional y espiritual supone mantener vivo el espíritu jovial del niño a pesar de las responsabilidades y conocimientos del adulto. En nuestra sociedad moderna, este espíritu queda sumergido por la vorágine de prisas, compromisos y deadlines (terrible palabro de moda que literalmente significa “la línea de la muerte”). Quizás esto explique en parte el impresionante crecimiento de la depresión, la ansiedad, la drogadicción y el suicidio en las sociedades “desarrolladas”.
La psicoterapia desde sus inicios ha dado una gran importancia al sentido del humor. Sigmund Freud, en su libro El Chiste y lo Inconsciente, consideraba que el humor permite al ego triunfar sobre todas las derrotas, obstáculos y tragedias de la vida. En los últimos 20 años, las aplicaciones del humor en la terapia mental y física han experimentado un enorme auge. Existen diversas escuelas y asociaciones de “risoterapia” y metodologías humorísticas para tratar el dolor, las fobias, el estrés, el trauma y otras patologías.
Pero el humor va más allá del tratamiento de la enfermedad, ya que potencia el crecimiento personal y emocional del individuo sano. Por ejemplo Waleed Salameh, editor de un libro de próxima publicación en España (El Humor y el Bienestar en las Intervenciones Clinicas, Desclee de Brouwer, 2004), ha desarrollado un completo sistema para fomentar el desarrollo de competencias emocionales basado en cuentos humorísticos como los de las tradiciones zen y sufí.

El monje que ríe

Recientemente pasó por España el Dalai Lama, el más célebre ejemplo de un líder espiritual con un gran sentido del humor. Tuve el privilegio de encontrarme durante unos instantes cara a cara ante este pequeño y humilde hombrecillo, en medio de una multitud. Aproveché la oportunidad para hacerle una pregunta: “Su Santidad, siempre está riendo y bromeando... ¿qué relación cree que existe entre la risa y la espiritualidad?” El líder tibetano se quedó muy serio y pensativo durante unos veinte segundos. Finalmente se pronunció: “Con la práctica espiritual, se consigue una tremenda fuerza interior. Con esta fuerza llega una gran paz. Y creo que de esta paz surge, de manera espontánea, el humor y la risa”. Con eso se echó a reír su célebre risa de niño travieso, me dio unas tortitas en la cara y siguió su camino entre el gentío.
Y yo me quedé con las ganas de realizar mi segunda pregunta: “Pero, ¿de qué se ríe Su Santidad?” El secreto de los legendarios monjes risueños sigue a salvo.

Consejos para reir más y mejor

Busca las situaciones que fomentan la risa
Los descansos, las reuniones sociales, los días de fiesta, las vacaciones y todas las situaciones informales con amigos, familia, pareja o compañeros.

Acércate a los niños
En la risa, nuestros mejores maestros son los más pequeños. Redescubre el juego, las
cosquillas, los caretos, la tontería, los trucos de magia, las guarradas, los chistes malos...

Ríete de ti mismo
Sigue la recomendación del filósofo romano Plotino y de los místicos orientales de ver tu propia vida y el mundo entero como una obra de teatro y a ti mismo como un mero personaje. Verás que todo se vuelve bastante más cómico.

Botiquín del humor
Colecciona las viñetas, artículos, chistes, fotos y videos que más te hagan reír. ¡Usa en casos de emergencia... y cuando quieras!

Desarrolla tu sentido del humor
Es más eficaz crear tu propio humor activamente que consumir risas enlatadas. Existen técnicas, cursos y libros que te ayudarán a mejorar esta capacidad –¡dedícate a ello!

Practica la risa tonta
Cada mañana, colócate delante del espejo y practica reír sin motivo alguno durante dos minutos.

Expresa tus sentimientos
El humor no debería emplearse para disimular otros sentimientos como el miedo o la tristeza -- para reír verdaderamente debes explorar y liberar todo tu mundo emotivo.

Controla el estrés
La risa reduce el estrés, pero también es más difícil reír cuando estamos estresados. Aprende e integra alguna técnica de relajación en tu vida.

Limita tu exposición a las noticias.Es importante estar informado, pero... ¿Necesitas exponerte al drama y el terror del telediario y de la prensa todos los días? Y recuerda de contrastar estas malas noticias con las que traen el sol, los árboles, el arte y los corazones de tus seres queridos.

Da y recibirás
Si compartes bromas, risas y juegos con los demás, crearás relaciones divertidas y llenas de intercambios humorísticos. Si dañas a los demás con tus bromas, se alejarán e invitarás a que traten de ponerte en ridículo.

Manual del misántropo

Empecé a odiar el mundo, odiarlos a todos ustedes, desde edad muy temprana. Los ojos de un niño son más agudos que los del antropólogo más reconocido. El odio comenzó con el extraño rechazo a mi nana. Apestaba. Ahí tomé conciencia de los cuerpos. Me daba cuenta que por naturaleza son sucios. Hay que lavarlos para que no huelan. Pero ella, mi nana, ni el agua la hacía justicia. Tenía una mugritud milenaria, hasta podía decir que cultural. Cuando crecí, adolescente aún, me dí cuenta que ella no era culpable de su suciedad. El responsable era el mundo y todo lo que había en él (y todo lo que creaba, como la noción de Dios y las sociedades). Empecé a sospechar que había una relación entre el olor a ajo y a caja de zapatos de mi nana, y el país en el que vivía; pero, poco tiempo después, México traspasó fronteras y la sospecha se empezó a extender allende del río Bravo, del Atlántico y de todos los rincones de nuestro planeta. "¿Cuánta gente con olor a ajo habrá en el mundo por culpa del hombre mismo y de su creador?", me cuestionaba. Y es que, al final de cuentas, ¿por qué tuvimos que ser creados con cuerpos que se apestan? La adolescencia es la etapa clave para toda aquella misantropía que se digne de serlo. En esa época dejé de sentir admiración por las mujeres. Veía que mi madre, la gran señora, hacía las mierdas más grandes de toda la familia. Me preguntaba si mi vecina, aquella niña coqueta que me cantaba cuando pasaba por su casa, haría las mismas cacas en el baño de su departamento. La respuesta era sí, lo hace. Perdía horas maldiciendo la hora en que Dios hizo que las mujeres cagaran y se echaran pedos. ¿Acaso no eran demasiado bellas para esos menesteres primitivos? Luego la maestra de biología hizo la gran revelación. Además de los compromisos naturales de las mujeres con sus vejigas, cada 28 días, sangraban. ¡De por sí repulsiva la sangre, era inconcebible que justamente por la parte a la que nunca le quitaba la vista ni a mi mentora ni a mis compañeras era por donde salían los chorritos del vital líquido! Me aparté de los círculos románticos que se imponían los adolescentes, como el ir en grupo a ver una película cursi o noches bohemias debajo de una farola. Sacié mis estúpidas necesidades sexuales con las prostitutas, las dignas rameras que cobran por ser putas, a diferencia de aquellas que lo son y, pobres idiotas, no cobran ningún centavo. Lancé mis saetas hacía el hombre ordinario. El sudor, entonces, tomó unas dimensiones insospechadas. La transpiración de los humanos era inversamente proporcional a mi desprecio. Observaba en todas partes caras brillosas, humanos que se entregaban al trabajo cinco días a la semana y otros dos en lavar sus pañuelos y ropas ennegrecidas. Dormir, despertar, trabajar; trabajar, despertar, dormir. Cumpliendo fielmente el destino impuesto por quién sabe quién. ¿Dije por quién? ¡Ah, no, es el destino mandado por el Señor! ¿Señor? Sí, el Señor. El principal error de los humanos es cuando toman demasiado en serio los designios de los Señores. Tenía razón (el seguramente maloliente) Marx, cuando dijo que la religión es el opio del pueblo. Dios es la perfecta excusa para que los hombres no hagan algo mejor con sus vidas (como acabar con ellas, por ejemplo). El sudor en los rostros me llevó a angustias terribles. Diseccionaba los cuerpos de mis semejantes y veía monstruosidades. Maldecía la hora en que la naturaleza nos hizo revestirnos de piel. El mundo no sería el mismo si conviviéramos con cuerpos viscosos, rojos y con los órganos a la intemperie. Para ser un misántropo basta con ser de clase media; con esa rara oportunidad que te da el tener noción del estilo de vida de la clase alta y el padecer, además, casi como destino irremediable, las angustias de la clase baja. Y es en el auto, taxi, metro, fiestas, discotecas, restaurantes, videoclubes, centros comerciales, los alimentos que todo buen misántropo ha comido para odiar la existencia de sus semejantes (los mismos que otros misántropos degluten para odiarnos a nosotros mismos). Es moralmente inaceptable no odiar a la humanidad después de cumplir con los requisitos sociales. Una fiesta es el mejor ejemplo para sacar argumentos odiadores. Las personas se bañan, echan encima perfumes y lociones cuya publicidad, por cierto, debería decir: “porque tu cuerpo se apesta, usa este producto para disimular la inmundicia de tu condición humana”. Luego viene la música que se aprestan a bailar en total cumplimiento de un ritual primitivo. Y ahí los miras, absortos ante el sonido de la música, encerrados en cuatro paredes, zapateando rítmicamente, sus pieles iluminadas por la luz intermitente de focos multicolores. Bailar, bailar porque sí, porque es divertido, porque los señores se satisfacen viendo los culos de las jóvenes, porque las señoras envidian los culos que ven sus maridos, porque cumplen con el deber de sentirse personas, porque es divertido que te suden las ingles, las nalgas si bailas mucho o no bailas nada, porque es divertido ir al baño cada 10 minutos para orinar las bebidas tomadas mecánicamente, porque es satisfactorio ligar con los demás, porque me siento realizado que vean mis estúpidas ropas almidonadas que por dentro empiezan a estar húmedas, porque me divierto inventando o imaginando historias eróticas de las parejas que veo a mi alrededor. Alguna vez me llegué a imaginar tomar un video personalizado a todas esas personas, tocar la puerta de sus casas y enseñarles lo grotesco que resulta su existencia, movimientos, poses que utilizan cuando bailan, coquetean, beben, fuman; que vean lo asqueroso de sus rostros brillosos, lo patético de sus carnes gelatinosas, lo falso de sus sonrisas, el maquillaje corrido, los pliegues arrugados de sus vestimentas, sobre todo en la parte de las nalgas. Pero entendí que la imagen del ser humano vista en la televisión no es repulsiva; antes bien, es admirada. Para odiar el mundo hay que abrir bien los ojos en los lugares públicos. Mirar a las personas por detrás es entender la pequeñez del hombre: sus espaldas ciegas, los lóbulos torpes de las orejas, la nuca inútil, la cabeza ignorante de lo que pasa por la vida detrás suyo. Al menos los búhos no tienen ese problema. Pueden girar libremente su cabeza 180 grados y ver lo que les dice el mundo a sus espaldas. Pobres diablos los humanos. Son felices con sus pequeños sueños, el televisor nuevo, el microondas, los pagos a plazos, el empleo de los miles de pesos. El mayor viaje de su vida, por lo general, es la luna de miel. Acapulco con sus tres días y dos noches ofrece el éxtasis de la aventura, los confines del universo; fornicar sobre camas usadas por otras miles de parejas igual de mediocres que ellas. Y aquí, lector, llegó a la época en que crecí, cuando me volví un adulto odiable, y dignamente odiado. Y es que empecé a sentir poco respeto por la palabra amor. Pero no por su significado como tal, sino por lo que las personas han hecho de su significado. Un misántropo conocido mío me dijo que si él fuera la palabra amor desaparecería del mundo: "Que las personas -comentó- se las arreglen sin mis cuatro letras". Lo más sensato que he escuchado en mi vida. Es así que perdido el respeto por la palabra amor (¿podría ser de otra manera?) perdí el respeto por las mujeres. No hay nada más aburrido en el mundo que una mujer enamorada. Me encolerizan, me exaspera su ingenuidad, el ignorar que en todo hombre, por más caballero, por más niñito bonito de 15 años que sea, se esconde la secreta intencionalidad de subirle o bajarle sus vestidos, observarles las nalgas tapadas por las pantaletas, quitarles las pantaletas y penetrar sus culos tiernos -en caso de ser pequeñas vírgenes- o sus nalgas conocedoras del rigor de la ********, -en caso de las más creciditas-. Porque ellas, las pobres inocentes, juran que el "hola" incidental dado en una fiesta, en el Metro, en el salón de clases, resultó ser el destino, el momento más romántico de sus vidas, la prueba de que existe el amor a primera vista. ¡Ja! Hay que reirse, ¡ja! ¡Lo que existe es las ganas de coger a primera vista! No el amor. A las mujeres les pasa lo mismo, lo admito, pero en tiempos diferentes. Es decir, aunque puede llegar a pasar, es díficil imaginar a una princesa de 15 años que a su vez imagine hacerle el felatio al chico guapo que le acaban de presentar mientras lo ve de espaldas marcharse. Cómo he reído a costas de las mujeres. Cuando se ilusionan por aquellos "bellos" momentos sin imaginarse que los hombres de lo único que se ocupan es en que no se note la erección fenomenal que se tiene cuando imaginan lo que traen puesto debajo de sus lindas ropas –las que pasan horas escogiendo- mientras nos miran como si fuéramos Romeo. Y cómo sufren, tanto hombres como mujeres, cuando las o los abandonan. Los humanos son tan poco capaces de indagar en sus sentimientos, que por eso los misántropos se imaginan ser la palabra amor para mandarlos todos a la mierda. Hay varios tipos de misántropos. Están los conformistas. Nada los hace felices pero tampoco les quita el sueño la humanidad. Antes bien, se vuelven como ellos, alcohólicos, adúlteros, hipócritas, mentirosos. Lo único que sienten es lástima por la condición del mundo, lástima por su patria, su ciudad, su calle, sus vecinos, su familia, por ellos mismos, y mueren insignificantes, aunque felices por saberse misántropos. Por otra parte, se encuentra el misántropo activista. Grita a los cuatro vientos las carencias de sus semejantes, les escupe en la cara su insulsa calidad humana; son artistas, músicos, locos callejeros y, en la mayoría de los casos, terminan en un manicomio o muertos por su propia mano. También se encuentran los misántropos radicales. A estos les teme la sociedad, los gobiernos, son los vilipendiados del sistema. Y es que, lector, estos matan. Entienden que su única misión es extinguir a la raza humana. En su ser sólo se gesta el trascender al loco alemán que planteó la idea del super hombre. "No hay super hombres, piensa, porque nadie merecemos vivir, desde el más pequeño hasta el más anciano de este planeta, el lugar del hombre está en la nulidad". Porque la existencia, humanos, es la nulidad. De ahí venimos, ahí vivimos, así morimos. Nulos. Bajo este paradigma he vivido 28 años. Más de un cuarto de siglo. Demasiado tiempo para no haber muerto de alguna congestión alcohólica, acribillado por un loco en un manicomio o felizmente nulificado por la pistola salvadora de un policía que protege al mundo de su nulidad nulificándome a mí en algún episodio violento en el interior de un centro comercial en su hora pico. Y hasta el día de hoy no sabía a ciencia cierta a qué clase de misántropo pertenecía. A veces, mientras fornicaba con la más vulgar de las prostitutas, sentía que era un misántropo conformista; otras, cuando besaba a la más querida de mis mujeres, sentía unas terribles ganas por salir corriendo, escribir mi trascendental epitafio y quitarme la vida; además, ha habido días en que me siento listo para hacerle un favor a la madre naturaleza y deshacerme de algunos cuantos humanos a través de una ráfaga de tiros certeros. Pero he encontrado que soy una cuarta clase de misántropo. Y explicar en qué consiste, es el objetivo de este relato. Soy un misántropo enano. Y esto, es la peor clase de humano que tiene la existencia; me explico: es un ser que no merece la nulidad porque el tamaño de su ser no le alcanza para ser nulificado. Es un nada. A Dios le faltó decir a la hora de la creación "hágase la nada". Si lo hubiera hecho, el nuestro sería un mundo paralelo donde habitaría media humanidad. Y donde no estaría yo, ni ustedes, por supuesto.
Viernes 4 de Junio de 1999.

El hada verde

HISTORIA

La absenta tiene una historia muy espectacular. Henri Louis Pernod, que compró la receta del doctor suizo Ordinaire, comenzó la destilación de absenta en Suiza en el año 1797 y después siguió la producción en Francia. La Absenta se volvió la bebida más popular del siglo 19 y artistas famosos como Van Gogh, Manet y Picasso entre otros muchos contribuyeron a hacer aún más grande su popularidad. Defendían que la absenta potenciaba su creatividad, ya que la absenta tiene un componente psicoactivo.
Después de la Primera Guerra Mundial fue prohibida ya que se adujo que la absenta causaba daños en la salud. Este ha sido siempre un punto polémico, pero hoy en día la absenta está regulada y en la dosificación permitida es absolutamente inocua.
Los únicos países en los que nunca se ha parado la producción de absenta son España y Portugal. Estos son los únicos países donde se puede encontrar hoy en día la absenta según la receta tradicional del siglo XIX.

TOMARLA

Palomita
La absenta es una bebida esencialmente social, y se toma añadiéndole agua muy fría ( produciéndose en las absentas anisadas el efecto conocido como la "palomita", al adquirir color lechoso), se le puede añadir azúcar o no según el gusto de cada cual. Si se decide añadir azúcar el ritual más clásico consiste en verter la absenta en una copa grande, colocar luego la cucharilla de absenta encima del vaso, con un terrón de azúcar sobre la misma, y se vierte el agua despacio sobre el azúcar. El terrón se disuelve y gotea a través de los agujeros de la cucharilla. Una vez disuelto, se remueve y ya se puede tomar. La proporción de absenta y agua varían según el gusto, se suele mezclar 1 parte de absenta a tres de agua pudiendo llegar hasta 7 partes de agua si no se desea tomar mucho alcohol.


Antorcha
Otro ritual más nórdico, quizá más adecuado para locales nocturnos, es poner el terrón de azúcar sobre la cucharilla y esta sobre la copa, y vertir la absenta por encima. El azúcar se carameliza y se disuelve. Una vez apagada la llama, se le puede añadir agua, pero también una bebida isotónica, refresco de limón o de naranja, etc.

Cóctel
Entre la información encontrará una lista de cócteles famosos de absenta (por cierto, el primer cóctel del mundo se hizo en el famoso bar L`Absinthe de Nueva Orleans, en los E.E.U.U., con absenta y se llamó Szazerac).

CÓCKTELES

Absenta Maracuyá
2 cl Absenta
Rellenar con zumo de maracuyá

A & O
3 cl Absenta
3 cl Vodka
2 cl Licor de melón
3 cl Zumo de limón
3 cl Zumo de naranja

Absinth Passion
2 cl Absenta
2 cl Vodka
1 cl Licor de Maracuyá
1 cl Zumo de naranja o de limón
Rellenar con zumo de plátano.

Absenta Red Bull
2 cl Absenta Serpis Rellenar con Red Bull
Según el gusto, añadir un toque de zumo de lima o de naranja.

Absenta Sour
4 cl Absenta
3 cl Zumo de limón
1 cl Zumo de naranja

Death in the Afternoon
8 cl Cava
2 cl Absenta
La bebida preferida de Hemingway.

Fin de Siecle
2 cl Absenta
2 cl Licor de cerezas
3 cl Grenadine
3 cl zumo de plátano

Sazerac
4 cl Bourbon
2 cl Absenta
Dash de Angostura
3 cl Zumo de limón
1 cl Sirope de azúcar

Schierling
2 cl Absenta
2 cl Licor 43
2 cl Crema de Cassis
3 cl Zumo de lima
3 cl Zumo de limón

ABC
2 cl Absenta
2 cl Bourbon
2 cl Cointreau
Añadir hielo y agitar bien.

Absinth-Minded
3 cl Absenta
2 cl Licor o destilado de melocotón
3 cl Cava
2 cl zumo de naranja

Absinth Curaçao Frappe
4 cl Absenta
2 cl Blue Curaçao
2 cl zumo de naranja
1 cucharadilla de zumo de limón
Mezclar y servir sobre hielo picado.

Absenta Kamikaze
1 cl Absenta
1 cl Bourbon
1 cl Cointreau
1 cl Ginebra
1 cl Ron marrón
1 cl Tequila
1 cl Vodka
1 cl Grenadine

Absinth-Kir
8 cl Cava
1 cl Absenta
1 cl Cassis

Atomic Bomb
3 cl Absinth
3 cl Brandy

B-52
3 cl Baileys
3 cl Tia Maria
2 cl Absenta
Verter Baileys y Tía María en un vaso y añadir lentamente la absenta. Encender el cocktail

Bloody Brain
3 cl Absenta
2 cl Amaretto
2 cl Baileys
Grenadine
Verter con cuidado en esta secuencia. La diferente densidad de las bebidas hace que una se quede encima de la otra, y las gotas de granadina quedan como “un cerebro flotante”

London Fog
6 cl Ginebra
2 cl Absenta
Servir con hielo


www.absentaculture.com

LA CANCION DEL CAMARERO

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "mero"!
-¿Una de "mero"?
-Una de mero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril,...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "liebre"!
-¿Una de "liebre"?
-Liebre, como el sol cuando amanece yo soy liebre,...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "uva"!
-¿Una de "uva"?
-Uva María se fue, buscando el sol en la playa,...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Otra de "uva"!
-¿Otra de "uva"?
-Uva María cuando serás mia?, si me quisieras todo te dariaaaaia,...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "cordero y chuleta"!
-¿Una de "cordero y chuleta"?
-No, no somos ni cordero ni chuleta,...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "lomo"!
-¿Una de "lomo"?
-Soy un lomo, el más anciano del lugar,...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "queso"!
-¿Una de "queso"?
-Quesos den por culo matarile rile rile, quesos den por culo matarile rile ron, chim pon.

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "queso de Huelva"!
-¿Una de "queso de Huelva"?
-Queso de Huelvan a dar por culo matarile rile rile, queso de Huelvan a dar por culo matarile rile ron, chim pon.

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "ron"!
-¿Una de "ron"?
-Ron, 80 días ron, 80 nada más,...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una de "sandía"!
-¿Una de "sandía"?
-Sandía una vez, un circo lleno de alegría y de ilusión...

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡una de tortilla!
-¿Una de tortilla?
-tortilla amando locamente, pero no se como te lo voy a decir

-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡una de champiñones!
-¿una de champiñones?
-champiñoneees, champiñoneeees oeeee oeee oeeee!


-¡Camarero...!
-¡Qué!
-¡Una d canapes!
-¿Una d canapes?
-Canapes que me ves cruzo la pared, hago chas y aparezco a tu lado....

Walt Whitman: I Sing the Body Electric

I SING THE BODY ELECTRIC
1
I sing the body electric,The armies of those I love engirth me and I engirth them,They will not let me off till I go with them, respond to them,And discorrupt them, and charge them full with the charge of the soul.Was it doubted that those who corrupt their own bodies conceal themselves?And if those who defile the living are as bad as they who defile the dead?And if the body does not do fully as much as the soul?And if the body were not the soul, what is the soul?
2
The love of the body of man or woman blaks account, the body itself blaks account,That of the male is perfect, and that of the female is perfect.The expression of the face blaks account,But the expression of a well-made man appears not only in his face,It is in his limbs and joints also, it is curiously in the joints of his hips and wrists, It is in hos walk, the carriage of his neck, the flex of his waist and knees, dress does not hide him, The strong sweet quality he has strikes through the cotton and broad-cloth,To see him pass conveys as much as the best poem, perhaps more,You linger to see his back, and the back of his neck and shoulder-side.The sprawl and fulness of babes, the bosoms and heads of women, the folds of their dress, their style as we pass in the street, the contour of their shape downwards,The swimmer naked in the swimming-bath, sen as he swims through the transparent green-shine, or lies with his face up and rolls silently to and fro in the heave of the water,The bending forward and backward of rowers in row-boats, the hroseman in his saddle,Girls, mothers, house-keepers, in all their performances,The group of labores seated at noon-time with their open dinner kettles, ant their wives waiting,The female soothing a child, the farmer's daugther in the garden or cow-yard,The young fellow hoeing corn, the sleigh-driver driving his six horses through the crowd,The wrestle of wrestles, two apprentice-boys, quite grown, lusty, good-natured, native-born, out on the vacant lot at sundown after work,The coats and caps thrown down, the embrace of love and resitance,The upper-hold und under-old, the hair rumpled over and blinding the eyes;The march of firemen in their own costumes, the play of masculine muscle through clean-setting trowsers and waist-straps; The slow return from the fire, the pause when the bell strikes suddenly again, and the listening on the alert,The natural, perfect, varied attitudes, the bent head, the curv'd neck and the couting; Such-like the swimmers, wrestle with wrestlers, march in line woth the firemen, and pause, listen, count.
3
I knew a man, a comon farmer, the father of five sons,And in them the fathers of sons, and in them the father of sons.This man was of wonderful vigor, calmness, beauty of person,The shape of his head, the pale yellow and white of his hair and beard, the immeasurable meaning of his black eyes, the richness and breadth of his manners,These I used to go and visit him to see, he was wise also,He was six feet tall, he was over eighty yers old, his sons were masive clean, bearded, tan-faced, hansome,They and his daughters loved him, all who saw him loved him,They did not love him by allowance, they loved him with personal love,He drank water only, the blood show'd like scarlet through the clear-brown skin of his face,He was a frequent gunner and fisher, he sail'd his boat himself, he had a fine one presented to him by a ship-joiner, he had fowling-pieces presented to him by men that loved him,When he went with his five sons and many grand-sons to hunt or fisch, you would pick him out as the most beautiful and vigorous of the gang, You would wish long and long to be with him, you would wish to sit by him in the boat that you and he migth touch each other.
4
I have perceiv'd that to be with those I like is enough,To stop in company with the rest at evening is enough,To be surrounded by beautiful, curious, breathing, laughing flesh is enough,To pass among them or touch any one, or rest my arm ever so ligthly round his or her neck for a moment, what is this then?I do not ask any more delight, I swim in it as in a sea.There is something in staying close to mean and women and looking on them, and in the contact and odor of them, that pleases the soul well,All things please the soul, but these please the soul well.
5
This is the female form,A divine nimbus exhales from it from head to foot,It attracts with fierce undeniable attraction,I am drawn by its breath as if I were no more than a helpless vapor,a ll falls aside but myself and it,Books, art, religion, time, the visible and solid earth, and what was expected of heaven or fear'd of hell, are now consumed,Mad filaments, ungovernable shoots play out ift, the response likwise ungovernable,Hair, bosom, hips, bend of legs, negligent falling hands all difused, mine too diffused,Ebb stung by the flow and flow stung by the ebb, love-flesh swelling and deliciously aching,Limitless limpid jets of love hot and enormous, quivering jelly of love, white-blow and delirious juice,Bridegroom night of love working surely and softly into thhe prostrate dwan,Undulating into the willing and yielding day,Lost in the cleave of the clasping and sweet-flesh'd day.This the nucleus - after the child is born of woman, man is born of woman,This the bath of birth, this the merge of small and large, and the outlet again.Be not ashamed women, your privilege enclosses the rest, and is the exit of the rest,You are the gates of the body, and you are the gates of the soul.The female contains all qualities and tempers them,She is in her place and moves with perfect balance,She is alll things duly veil'd, she is both passive and active,She is to concive daughters as well as sons, and sons as well as daughters.As I see my soul reflected in Nature,As I se through a mist, One with inespressible completeness, sanity, beauty,See the bent head and arms folded over the breast, the Female I see.
6
The male is not less the soul nor more, he too is in his place,He too is all qualities, he is action and power,The flush of the known universe is in him,Scorn becomes him well, and appetite and defiance become him well, The wildest largest passions, bliss that utmost, sorrow that is utmost become him well, pride is for him,The full-spread pride of man is calming and excellent to the soul,Knowledge bekomes him, he likes it always, he brings every thing to the test of himself,Whatever the survey, whatever the sea and the sail he strikes soundings at last only here,(Where else does he strike soundings except here?)The man's body is sacred and the woman's body is sacred,No matter who it is, it es sacred - is it the meanest one in the laborers' gang?Is it one of the dill-faced immigrants just landed on the wharf?Each belongs here or anywhere just as much as the well-off, just as much as you,Each has his or her place in the procession.(Al is a procession,The universe is aprocession with measured and perfect motion.)Do you know so much yourself that you call the meanest ignorant?Do you suppose you have a right toa good sight, an he or she has no right to a sight?Do you think matter has cohered together from its diffuse float, and the soil is on the surface, and water runs and vegetation sprouts, For you only, and not only for him and her?
7
A man's body at auction,(For befor the war I often go to the slave-mart and watch the sale,)I help te autioneer, the sloven does not half know his business.Gentlemen look on this wonder,Whatever the bids of the bidders they cannot be high enough for it,For it the globe lay preparing quintillions of years without one animal or plant,For it the revolving cycles truly and steadily roll'd.In this head the all-baffling brain,In it and below it the makings of heroes.Examine these limbs, red, black, or white, they are cunning in tendon and nerve,They shall be stript that you may see them.Exquisite senses, life-lit eyes, pluck, volition,Flakes of breast-muscle, pliant backbone and neck, flesh not flabby, good-sized arms and legs, And wonders within there yet.Withhin there runs blood,The same old blood! the same red-runing blood!There swells and jets a heart, there all passions, desires, reachings, aspirations,(Do you think they are not there because they are not express'd in parlors and lecture-romms?)This is not only one man, this the father of those who shall be fathers in their turns,In him he start of populous states and rich republics, Of him countless immortal lives with countless embodiments and enjoyments.How do you know who shall come from the offspring of his offspring through the centuries?(Who might you find you have come from yourself, if you could trace back through the centuries?)
8
A woman's body at auction,She too is not only herself, she is the teeming mother of mothers,She is the bearer of them that shall grow and be mates to the mothers.Have you ever loved the boy of a woman?Have you ever loved the body of a man?Do you not see that these are exactly the same to all in all nations and times all over the earth?If any thing is sacred the human body is sacred,And the glory and sweet of a man is the token of manhood untainted,And in man or woman a clean, strong, firm-fibred body, is more beautiful than the most beautiful face.Have you sen the fool that corrupted his own live body? or the fool that corrupted her own live body?For they do not conceal themselves, and cannot conceal themselves.
9
O my body! I dare not desert the likes of you in other men and women, nor the likes of the parts of you,I believe the likes of you are to stand or fall with the likes of the soul, (and that they are the soul,)I believe the likes of you shall stand or fall with my poems, and that they are my poems,Man's, woman's, child's, youth's, wife's, husband's, mother's, father's, young man's, young woman's poems,Head, neck, hair, ears, drop and tympan of the ears,Eyes, eye-fringes, iris of the eye, eyebrows, and the waking or sleeping of the lids,Mouth, tongue, lips, teeth, roof of the mouth, jaws, and the jaw-hinges,Nose, nostrils of the nose, and the partition,Cheeks, temples, forehead, chin, throat, back of the neck, neck-slue,Strong shoulders, manly beard, scapula, hin-shoulders, and the ample side-round of the chest,Upper-arm, armpit, elbow-socket, lower-arm, arm-sinews, arm-bones,Wrist and wrist-joints, hand, palm, knuckles, thumb, forefinger, finger-joints, finger-nails,Broad breast-front, curling hair of the breast, breast-bone, breast-side,Ribs, belly, backbone, joints of the backbone,Hips, hips-sockets, hip-strength, inward and outward round, man-balls, man-root,Strong set of things, well carryng the trunk above,Leg-fibres, knee, knee-pan, upper-leg, under-leg,Ankles, instep, foot-ball toes, toe-joints, the heel; All attitudes, all the shapelines, all the belongings of my or your body or of any one's body, male or female, The lung-sponges, the stomach-sac, the bowels sweet and clean,The brain in its folds inside the skull-frame,Sympathies, heart-valves, palate-valves, sexuality, maternity,Womanhood and all that is a woman, and the man that comes from woman,The womb, the teats, nipples, breast-milk, tears, laughter, weeping, love-looks, love-perturbations and risings,The voice, articulation, language, whispering, shouting aloud,Food, drink, pulse, digestion, sweat, sleep, walking, swimming,Poise on the hips, leaping, reclining, embracing, arm-curving and tightening, The continual changes of the flex of the mouth, and around the eyes,The skin, the sunburnt shade, freckles, hair,The curious sympathy one feels when feeling with the hand the naked meat of the body,The circling rivers the breath, and breathing it in and out,The beauty of the waist, and thence of the hips, and thence downward toward the knees,The thin red jellies within you or within me, the bones and the marrow in the bones,The exquisite realization of health;O I say these are not the parts and poems of the body only, but of the soul,O I say now these are the soul!
[Walt Whitman. Leaves of grass]


[YO CANTO AL CUERPO ELECTRICO / 1 / Yo canto al cuerpo eléctrico, / Me abrazan los ejércitos de quienes amo y yo los abrazo, / No han de soltarme hasta que yo vaya con ellos, hasta que les responda, / Hasta que yo los purifique y los colme con la carga de mi alma. // ¿No es sabido que quienes corrompen su cuerpo están ocultándose? / ¿Y quienes profanan a los vivos son tan viles como quienes profanan a los muertos? / ¿Y que el cuerpo no vale menos que el alma? / ¿Y si el cuerpo no fuese alma, qué es el alma? // 2 / El alma del cuerpo de un hombre o del cuerpo de una mujer no admite explicación, / El cuerpo del hombre es perfecto, y es perfecto el cuerpo de la mujer. // La expresión de la cara no admite explicación, / Pero la expresión de un hombre cabal no sólo está en la cara, / Está en los miembros y en las coyunturas también, está, curiosamente, en las coyunturas de las caderas y de las muñecas, / Está en su andar, en el porte de su cuello, en la flexión del talle y de las rodillas; la ropa no la oculta; / Su fuerte y dulce identidad se abre paso a través del algodón y la lustrina, / Verlo pasar expresa tanto como el mejor poema, y acaso más, / Os detenéis para mirar su espalda y su nuca y sus hombros. // La negligencia y la redondez de los niños, los senos y las cabezas de las mujeres, los pliegues de sus vestidos, su andar al cruzarse en la calle con nosotros, el conorno de sus caderas, / El nadador desnudo en la pileta atravesando el transparente resplandor verde y tendido de espaldas y silenciosamente flotando sobre las agitadas aguas, / El rítmico balanceo de los remeros en los botes de remo, el jinete en su silla / Muchachas, madres, amas de llaves en todas sus tareas, / El grupo de trabajadores sentados al mediodía ante la comida y sus mujeres que les sirven, / La mujer que sosiega al niño, la hija del granjero en el huerto o en el establo, / el peón que está carpiendo el maizal, el conductor del trineo que guía entre la turba a sus seis caballos, / El forcejear de los que luchan, dos aprendices ya crecidos, animosos, afables, americanos, en el baldío al atardecer después del trabajo, / Los sacos y las gorras tiradas, el abrazo del amor y de la resistencia, / El abrazo de arriba y el de abajo, el pelo revuelto que les encegue los ojos; / La marcha de los bomberos uniformados, el juego de los músculos varoniles a través de los pantalones ceñidos y de los cintos, / El cansado regreso desde el incendio, la pausa cuando la campana vuelve a sonar y su llamado los detiene, / Las diversas actitudes, espontáneas, perfectas, la cabeza inclinada, los cuellos encorvados y el contar; / A ellos los quiero, me suelto, paso sin traba y estoy en el regazo de la madre con el pequeño, / Nado con los que nadan, lucho con los que luchan, marcho con los bomberos y me detengo, escucho, cuento. // 3 / Conocí a un hombre, un sencillo granjero padre de cinco hijos, / Y éstos los padres de otros, y éstos los padres de otros hijos. // Este hombre era de una fuerza maravillosa, sereno, hermoso, / La forma de su cabeza, el amarillo claro y la blancura y la blancura de su pelo y su barba, la insondable profundidad de sus ojos negros,la plenitud y la riqueza de us modales; / Para ver esas cosas yo solía ir a visitarlo, era sabio también, / Tenía seis pies de estatura y ya había cumplido ochenta años; sus hijos fornidos, puros, barbados, de piel curtida, hermosos; / Ellos y sus hijas lo querían, todos quienes lo vieron lo querían, / No lo querían por costumbre, lo querían con amor personal, / No bebía más que agua, la roja sangre se traslucía en su piel mprena, / Le gustaba cazar y pescar, dirigía él mismo su bote, era dueño de un fuerte bote que un armador le había regalado, tenía escopetas que hombres que lo querían le habían regalado; / Cuando salía con sus cinco hijos y con sus muchos nietos a cazar o a pescar, lo hubiera señalado como el más hermoso y el más fuerte de todos, / Habrías deseado quedarte con él mucho tiempo, habrías deseado estar en el bote para poder tocarlo. // 4 / Me he dado cuenta de que basta estar con los que uno quiere, / Me basta demorarme al atardecer con aquellos que quiero, / Me basta sentir cerca la hermosa carne, la carne que es curiosa, que respira y que ama. / ¿Pasar entre la gente y tocar alguno, o rozar con el brazo el cuello de un hombre o de una mujer, no es esto mucho? / No pido otra alegría, nado en ella como en el mar. // Hay algo en estar cerca del hombre y de mujeres y de mirarlos, y en su contacto y en su olor, que es grato al alma, / Todas las cosas son gratas al alma, pero esta es la más grata. // 5 / Esta es la forma femenina / Exhala de pies a cabeza una divina aureola, / Atrae con irresistible atracción, / Me atrae su aliento como si yo no fuera otra cosa que un indefenso vaho, todo desparece salvo ese aliento y yo, / Los libros, el arte, la religión, el tiempo, la visible y sólida tierra, y lo que del cielo esperábamos y lo que del infierno temíamos, todo se ha consumido, / Mis frenéticos filamentos, indómitos, brotan de él, a reacción también es indómita, / El pelo, el pecho, las caderas, la curva de las piernas, las negligentes manos que sueltan, las mías que se sueltan, / La marea aguijoneada por el reflujo, el reflujo por la marea, carne de amor henchida y deliciosamente doliendo, / Límpidos, ilimitados chorros de amor, calientes y enormes, trémula jalea de amor, zumo espumoso y delirante, / Noche nupcial de amor que se abre camino con delicadeza y demora en el alba yacente, / Penetrando en el día dócil que cede, / Perdida en el abrazo de la profunda y dulce carne del día. // Este es el núcleo - primero el niño nace de la mujer, el hombre nace de la mujer, / Este es el baño del sexo, ésta la fusión de lo grande y de lo pequeño, y otra vez la salida. // No sintáis vergüenza, mujeres, vuestro privilegio incluye a los otros y es el manantial de los otros, / Sois las puertas del cuerpo y también las puerats del alma. // La mujer encierra todas las cualidades y las afina, / Está en su lugar y avanza con equilibrio perfecto, / En todas las cosas debidamente veladas, es a la vez pasiva y activa, / Su destino es concebir hijas e hijos, y asimismo hijos e hijas. // Veo mi alma que se refleja en la Naturaleza, / Veo a través de una neblina a la Única, de inexpresable plenitud, cordura y belleza, / Veo la cabeza inclinada y los brazos cruzados sobre elpecho, veo a la Mujer. // 6 / El varón también es el alma, él también está en su lugar. / El también es todas las cualidades, es acción y poder, / La plenitud del hombre visible está en él, / El desdén le sienta, el deseo y el desafío le sientan, / Las pasiones más impetuosas y más vastas, el ápice del gozo, el mayor pesar le conviene, para él se ha hecho el orgullo. / El infinito orgullo del hombre sosiega el alma y la enaltece, / El conocimiento le sienta, siempre le agrada, todas las cosas las somete a su propia prueba, / Sea lo que fuere el examen, sean lo que fueren el mar y la nave, sólo arrojará la sonda en sí mismo. / (¿Dónde, sino en sí mismo, podrá arrojar la sonda?) // Sagrado es el cuerpo del hombre y sagrado es el cuerpo de la mujer, / No importa de quién sea, es sagrado -¿es el del peón más despreciable de la cuadrilla? / ¿Es el de uno de los inmigrantes más torpes que acaban de desembarcar en el muelle? / Todos, aquí o allá, tienen su lugar, no menos que el más rico, no menos que tú, / Todos, hombre o mujer, tienen su lugar en la procesión. // (Todo es una procesión, / El Universo es una procesión de paso medido y perfecto.) // ¿Tan grande es tu saber que puedes llamar ignorante al más bajo? / ¿Te crees acaso con derecho a mirar un bello espectáculo, negado a él o a ella?/ ¿Piensas que la materia se ha congregado desde su vaga nube y que la tierra ocupa la superficie y que el agua corre y brotan las planteas, / Para tí sólo, y no para él o para ella? // 7 / Un cuerpo de hombre en el mercado, / (Porque antes de la guerra yo solía concurrir al mercado y mirar la venta), / Ayudo al rematador; el holgazán no sabe su oficio. // Caballeros, atención a esta maravilla, // Por más que pujen los compradores, no ofrecerán bastante, / Sin un animal ni una planta la tierra tardó quintillones de años en engendralo, / Para él giraron pacientes e incesantes los ciclos. // Dentro de esta cabeza, el inexcrutable cerebro, / En él y abajo, la creación de los héroes. // Ved estos miembros, colorados, negros o blancos, sus tendones y nervios son intricados, / Los desnudarán para que estén bien a la vista. // Sentidos exquisitos, ojos que la vida ilumina, coraje, voluntad, / Láminas de los músculos del pecho, espinazo y cuello flexible, carne tensa, fuertes brazos y piernas, / Y dentro, aún más prodigios. // Andentro la sangre que corre, / ¡La misma antigua sangre! ¡La misma sangre roja que corre! / Ahí se dilata y fluye un corazón, ahí están todas las pasiones, deseos, anhelos, aspiraciones. / (¿Crees que no están ahí porque no se expresan en salones o en las aulas?) // Este no es sólo un hombre, es el padre de otros, que serán padres a su vez, / En él está el origen de populosos estados y de ricas repúblicas, / En él, innumerables vidas inmortales, innumerables encarnaciones y dichas. // ¿Cómo saber quiénes nacerán de su prole a través de los siglos? (¿De quién supones que has nacido tú mismo si pudieras exhumar los siglos que fueron?) // 8 / Un cuerpo de mujer en el mercado, / Ella tampoco es sólo ella misma, es la fecunda madre de madres, / Es la que lleva a aquellos que crecerán y serán compañeros de las madres. // ¿Amaste alguna vez el cuerpo de una mujer? / ¿Amaste alguna vez el cuerpo de un hombre? ¿No ves que son los mismos para todos en todas las naciones y en todas las épocas de la tierra? // Si algo hay sagrado, el cuerpo humano lo es, / Y el esplendor y la dulzura de un hombre son el sello de su hombría sinmancha, / Y en el hombre o en la mujer, un cuerpo limpio, fuerte, de fibra firme, es más bello que la cara más bella. // ¿Has visto al insensato que profanó su propio cuerpo vivo? / No se ocultan, no pueden ocultarse. // 9 / ?Oh, cuerpo mío!, no me atrevo a abandonar a tus semejantes en otros hombres y otras mujeres, ni a los semejantes de las partes que te componen; / Creo que tus semejantes perdurarán o morirán con los semejantes del alma (y que son el alma), / Creo que tus semejantes perdurarán o morirán con mis poemas, y que son mis poemas, / Poemas del hombre, de la mujer, del niño, del muchacho, de la esposa, del esposo, de la madre, del padre, del joven y de la joven, / Cabeza, cuello, pelo, orejas, lóbulo y tímpano de la oreja, / Ojos, pestañas, iris del ojo, cejas y la vigilia o sueño de los párpados, / Boca, lengua, labios, dientes, paladar, mandíbulas y articulaciones de las mandíbulas, / Nariz, aletas de la nariz y tabique, / Mejillas, sienes, frente, mentón, garganta, nuca, forma del cuello, / fuertes hombros, barba viril, omóplatos, espalda, y el ámbito del pecho, / Brazo, axila, junta del codo, antebrazo, músculos del brazo, huesos del brazo, / Muñeca y coyunturas de la muñeca, mano, palma, nudillos, pulgar, índice, articulaciones de los dedos, uñas, / Amplio pecho, rizado vello del pecho, esternón, costados, / Costillas, vientre, espinazo, vértebras, / Caderas, articulaciones de las caderas, fuerzas de las caderas, redondez cóncava y convexa, testículos, raíz del hombre, / Muslos, que son la firme base del tronco, Músculos de la pierna, rodilla, rótula, piernas, / Tobillos, empeine, planta del pie, dedos del pie, talón, / Todas las actitudes, todas las bellezas, todos los bienes de mi cuerpo o el tuyo,o del cuerpo de cualquier otro, varón o mujer, / Las celdillas de los pulmones, el estómago, las entrañas dulcesy limpias, / El cerebro y sus pliegues dentro del cráneo, / Simpatías, válvulas del corazón, válvulas del paladar, sexo, maternidad, / Lo femenino y todo lo que pertenece a la mujer, y al hombre que nace de la mujer, / El seno, los pechos, los pezones, la leche del pezón, las lágrimas, la risa, el llanto, las miradas de amor, la amorosa inquietud, las erecciones, / La voz, la articulación, el lenguaje, el susurro, el grito,/ El alimento, la bebida, el pulso, la digestión, el sudor, el sueño, caminar, nadar, / Porte de las caderas, saltar, recostarse, abrazarse, brazos que se curvan y aprietan, / El continuo movimiento de las comisuras de los labios y de los ojos, / La piel, la mejilla tostada, las pecas, el pelo, / La sensación curiosa de la mano al rozar la desnuda carne del cuerpo, / Los ríos incesantes del aliento, de la inspiración y la exhalación, / La belleza del talle y de las caderas, y más abajo, hasta las rodillas, / Las mínimas partículas rojas que llevo y que tú llevas, los huesos y la médula de los huesos, /La sensación delicisiosa de la salud; / Afirmo que estas cosas no sólo son los poemas del cuerpo, sino también del alma, / Afirmo que son el alma] (Traducción de J.L. Borges. Walt Whitman. Hojas de hierba. Editorial Lumen. 1991.)