sábado, 15 de diciembre de 2007
Sobre el Zen
SOBRE EL ZEN
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Zen. El Camino Abrupto hacia el Descubrimiento de la Realidad
Introducción
Paralelamente a la tónica dominante en el presente de estudiar los problemas
humanos desde el punto de vista social, colectivo o grupal cada vez se hace
sentir también de un modo más fuerte, como reiteradamente lo afirman los
psicólogos, psiquiatras y psicólogos, la necesidad de encontrar la forma de
reafirmar y consolidar el valor del individuo frente al grupo, de hallar la
manera de que viva su realidad personal de un modo más pleno y directo para
que su integración social no sea causa de perjuicio ni para sí mismo ni para
la sociedad.
En efecto, frente a su progresiva dependencia y condicionamiento social, el
hombre de hoy necesita salvaguardar sus valores personales reiterando aún
más que antes su fortaleza e independencia interior. Necesita para ello
poderse apoyar en algo real, sólido y estable, pero que esté al mismo tiempo
emancipado de nuevos reglamentos y convenciones externas, y que le dé plena
garantía de autenticidad. Porque cuanto más consciente se hace el hombre de
su estrecha e inevitable ligazón externa e interna con el engranaje social,
más urgente se convierte su necesidad de buscar una nueva dimensión de sí
mismo que esté libre de todo condicionamiento externo, para salvar esa
conciencia de individuo libre y le evite caer en la sensación de ser tan
sólo una máquina más dentro del complejo económico, político y social en el
que su vida se desenvuelve. [...]
El caso es que hay muchas personas que viven muy descontentas tanto de sí
mismas como de la sociedad que les rodea. Y este descontento no es fruto de
problemas personales o de una incapacidad de adaptación al medio ambiente,
sino de una aspiración sincera a vivir algo fundamental, real y definitivo
--más allá de doctrinas y filosofías-- que no saben como satisfacer porque
no logran verlo en ninguna parte. [...]
En un libro dedicado al Zen, The World of Zen, N. W. Ross a la pregunta que
se formula de por qué tanta gente se interesa hoy día por el Zen, contesta:
"La respuesta reside en los caracteres de base que hacen del Zen un modo de
vida y que sumariamente podrían resumirse así: el Zen, aunque esté
considerado por sus adeptos como una religión, no tiene textos sagrados
cuyos términos tengan fuerza de ley, ni reglas fijas, ni dogmas rígidos; no
se refiere a ningún salvador, a ningún Ser divino de cuya gracia o mediación
dependa nuestra final salvación. La ausencia de los caracteres comunes a
todos los demás sistemas religiosos da al Zen cierto aire de libertad, al
cual son sensibles muchos de nuestros contemporáneos. Además, el objetivo
manifiesto del Zen --que es el de procurar un alto grado de conocimiento de
sí mismo y, como consecuencia, gran paz interior-- ha despertado la atención
de ciertos psicólogos de Occidente, tales como C. Jung, Eric Fromm y Karen
Horney. Se ha podido evocar también como relacionados con el Zen los nombres
de Kierkegaard, de Heisenberg, de Martín Buber, de Kafka, de Jaspers, de
Korzybsky, de Sartre, de Kerouac. Cuando el filósofo existencialista alemán
Martín Heidegger tuvo conocimiento de ciertos textos Zen, declaró haber
descubierto en ellos las mismas ideas que él por su parte había
desarrollado."
Numerosos libros han aparecido y siguen apareciendo sobre el tema, entre los
que sin duda merecen lugar preeminente por su autoridad y documentación los
del Profesor Daisetz Teitaro Suzuky.
Tratando de entender el Zen
Lo primero que nos dicen los maestros del Zen, cuando queremos interrogarles
es: "No esperes en absoluto entender lo que es el Zen; es imposible". Y si
se les replica que algún modo habrá de acercarse a él, empiezan a utilizar
paradojas que llevan de uno a otro desconcierto.
No obstante, buscando lo que se esconde detrás de esta primera visión
abrupta, podemos entresacar una serie de consecuencias que nos aproximan el
Zen. [...]
El budismo sostiene que la causa de los problemas que nos aquejan, y de la
distorsión interior que nos impide alcanzar el satori es la ignorancia que
padece nuestra mente. La mente se detiene en los medios y olvida el objeto
primordial, alejándose de la percepción directa de nuestra propia realidad.
[...] Todas las operaciones de la mente son, por definición, transitorias,
fenoménicas, vienen y se van, se diluyen en el tiempo. Lo único real es lo
que está detrás de todo fenómeno. Si buscamos algo sólido donde asirnos,
donde cogernos, es porque la experiencia de la vida diaria nos ha
acostumbrado a depender de las ideas e intentamos hallar la realidad en las
ideas. Ahora bien, la realidad, nuestra naturaleza esencial, no es ninguna
idea, como no es ningún sentimiento, ni nada de lo que va y viene.
Por lo tanto, nos vienen a decir los maestros de Yoga, si queremos llegar a
descubrir esta realidad que hay detrás de las formas, no tenemos más remedio
que prescindir temporalmente pero por completo de nuestro razonamiento, de
nuestro sistema lógico de las ideas. [...] Lo que hay que superar en el
proceso de investigación de la realidad esencial es el pensamiento; lo que
ha de subsistir en todo momento, en cambio, es la atención lo más lúcida y
amplia posible. Sólo así tenemos la oportunidad de desvanecer nuestra
ignorancia. [...]
Estamos tan acostumbrados a manejar las realidades de nuestro mundo gracias
a las ideas que de ellas podemos obtener, que nos parece que todo
conocimiento posible lo hemos de adquirir sólo y exclusivamente mediante las
ideas pertinentes. En otras palabras, hemos llegado a la íntima convicción
de que únicamente con nuestras ideas y juicios podemos conocer la realidad.
El Zen nos afirma que es precisamente este hábito nuestro de apoyarnos
exclusivamente en las ideas lo que nos impide percibir la realidad que está
detrás de ellas y que, en definitiva, es la única Realidad. Nos agarramos a
cada representación mental creyendo que es ella misma realidad, cuando no es
más que una forma de la Realidad. Por lo tanto, en la medida en que sigamos
con esta adhesión a cualquier forma mental particular --por abstracta y
elevada que ésta pueda parecer-- seguiremos estando incapacitados para
percibir nuestra Realidad esencial. Y lo mismo que decimos respecto a las
ideas puede decirse de todos nuestros fenómenos psíquicos personales:
sensaciones, emociones, sentimientos.
Fijémonos en la mayoría de las cosas que nos proporcionan alegría o pena
durante el día y veremos que, en efecto, casi siempre nuestras alegrías y
nuestras penas dependen de lo que nos dicen o de las cosas que nosotros
pensamos que ocurren. En una palabra: que siempre se deben a
representaciones de la mente, a ideas. Nos dicen algo que va a favor de
nuestros deseos, y automáticamente nos sentimos más tranquilos, más felices,
más seguros, como si fuéramos más nosotros mismos. Nos dicen algo que va en
contra de nuestros deseos o que aumenta nuestros temores y, automáticamente
también, nos sentimos inquietos, tristes, irritados. Por qué nos ocurre
esto? Porque no vivimos directamente en nuestra realidad, sino que estamos
siempre cogidos, agarrados a una idea básica que tenemos de nosotros mismos.
A medida que hemos ido creciendo, se ha formado en nosotros una imagen
mental, una representación de nosotros mismos: "yo soy fulano de tal, y
tengo estas cualidades, y estos defectos; determinado tipo de gente me
acepta, me admira y me considera importante, otras personas me son
hostiles". Así hemos ido construyendo una imagen de nosotros mismos con toda
una serie de datos a favor y otros en contra. Al mismo tiempo, mientras
íbamos ampliando esta imagen mental o yo-idea, la íbamos también proyectando
en el futuro, forjándonos así un ideal de nosotros mismos que esperábamos
realizar algún día: es el yo-idealizado, sueño dorado de nuestro "yo" que
hemos compuesto reuniendo en él las cosas que no tenemos y ansiando tener en
ese futuro que jamás llega.
Así, resulta que, cuando actuamos en el mundo, lo hacemos en función del
yo-idea; siempre que pensamos, diríamos, de un modo razonable, es partiendo
de esta idea básica de nosotros mismos que está en la raíz misma de todos
nuestros razonamientos. Por eso, en el fondo, aunque nos parezca a veces que
estamos buscando la verdad, con muchísima frecuencia lo que estamos buscando
es algo o alguien que nos confirme y ratifique en esta buena idea que
tenemos de nosotros mismos y que además la amplíe, es decir, que de algún
modo nos prometa que llegaremos a realizar en el futuro el ideal que nos
hemos forjado. Y cuando pensamos en este ideal, al que damos el nombre de
yo-idealizado, se presente bajo las apariencias que quiera --espiritualidad,
inteligencia, poder, riqueza, etc.--, nos sentimos confortados y seguros.
Pero es una seguridad falsa. Puede ser muy buena en un order relativo e
incluso podemos aceptarla porque la necesitamos para vivir diariamente. Pero
lo que no podemos hacer en absoluto es confundirla con el auténtico
descubrimiento central, con la verdadera naturaleza de nosotros mismos.
Porque así no seremos nunca libres, es decir, no seremos jamás nosotros
mismos del todo, ya que estaremos siempre sujetos, pendientes, debajo de la
idea que "yo" tengo de "mí", y, por lo tanto, debajo de aquellas personas o
situaciones que van a favor de nuestra idea y de las que van en contra.
Nuestra vida, querámoslo o no, seamos o no conscientes de ello, será una
vida de dependencia total.
Y esto es lo que nos ocurre constantemente. Tenemos miedo de encontrarnos
con determinadas personas, miedo a decir algunas cosas para no despertar
oposición. Pero por qué? No sólo porque vemos en la oposición nuestro
perjuicio social o el de otros, sino porque entonces nos sentimos
desvalidos, más pobres, como si fuéramos menos y se viniera más abajo
nuestro yo. Y se debe tan sólo a que nos vivimos únicamente en función de la
idea de nosotros mismos, que guardamos bien escondida dentro, en lugar de
vivirnos directamente en función de nuestro eje espiritual interior, que
está detrás de todas las ideas. Todo juego de ideas es un juego de ilusión
comparado con la realidad. De este error básico se originan todos nuestros
problemas. Por lo tanto nuestra atención ha de ampliarse y profundizar hasta
que sea capaz de percibir lo que hay más allá de todo fenómeno, hasta que se
pueda abrir a la fuente interior de donde surge todo impulso, todo
sentimiento, toda idea y todo conocimiento.
El Zen no niega que las ideas y raciocinios sean útiles y excelentes para
otros fines, pero afirma que nunca nos pueden conducir a la realidad. La
mejor de las ideas, dicen los maestros, es como un dedo que está señalando a
la luna: por mucho que miremos el dedo, nunca descubriremos la luna. Hemos
de dejar de mirar el dedo y dar un salto en el vacío para poder descubrir
qué hay más allá del dedo. Las ideas son símbolos, dedos que señalan,
indicadores, pero nunca son la realidad. Esa realidad es la naturaleza de
Buda, nuestro propio ser. Las ideas pueden señalar, apuntar hacia ella, pero
si no salimos de las ideas, nunca llegaremos a la realidad.
La Vía del Genio
Según Spanski la mente humana puede funcionar en dos modalidades: en modalidad receptora y en modalidad procesadora.
La procesadora es la que más desarrollada tenemos. La educación formal tiene como propósito el entrenarnos precisamente esta capacidad mental. Tenemos un objetivo, unos medios y una vía o metodología. La mente procesadora funciona de una manera racional en el sentido weberiano de adecuación de medios a fines. Como decía un profesor de matemáticas en el colegio: ante un problema hay que hacerse tres preguntas. "¿Qué me preguntan?, ¿Qué datos me dan?, y ¿cómo juego con ellos?.
No es éste un mal modelo de funcionamiento de la modalidad procesadora, modalidad que es muy útil para la vida diaria; nos permite tomar un autobús o un avión y llegar al punto de destino y alcanzar objetivos en el curso de nuestra existencia. Es útil y necesaria pero no suficiente si aspiramos a vivir una vida realmente creativa. Para ello hemos de ser capaces de acceder a la otra modalidad: la mente receptora y alcanzar niveles de excelencia en su manejo.
¿En qué consiste esa capacidad receptora y por qué es tan importante en el proceso creativo?
Mejor que extendernos en teorías que pueden sonar a abstractas -cuando no abstrusas - para el lector no iniciado en estos temas, será el recurrir a un modelo, a un ejemplo viviente de alguien que ha experimentado ese grado de maestría en el manejo de ambas modalidades de pensamiento.
Walter Russel, "el hombre que descubrió y utilizó los secretos del universo" en el título del libro de Glenn Clark. Este autor junto con el Dr. Alexis Carrel durante los años treinta estaban muy preocupados por la marcha de un mundo que acababa de vivir una terrible crisis económica y que se encaminaba a pasos agigantados hacia una nueva contienda mundial. Había que hacer algo para evitarlo pero ¿qué?. Alexis Carrel le envió un mensaje. "El futuro de la humanidad está comprometido. El género humano sólo puede superar la crisis si somos capaces de encontrar a un grupo de personas que haya conectado con la sabiduría del Universo, conozcan sus leyes y vivan en conexión con la Fuente encarnándolas en sus vidas. ¿Puedes ayudarme a encontrarlos?".
No le resultó difícil encontrar alguno en el campo de la religión, pero se trataba de que fueran gentes situadas en el mundo de los negocios, la ingeniería o las artes. Encontró al Dr. George Washington Carver quien se entrevistó con el Dr. Carrel, pero pronto estalló la Segunda Guerra Mundial y poco después ambos fallecieron. Glenn Clark, fundador de un College, siguió buscando.
Varias personas le hablaron de Walter Russel como la persona que encarnaba perfectamente el tipo de hombre que buscaba. Por fin se lo presentaron. ¿Quién era Walter Russel?. Sin haber completado la escuela primaria era un notable músico, excelente pintor, genial escultor, exitoso hombre de negocios, fantástico patinador artístico y modélico criador de caballos de raza, además de inspirado arquitecto, profundísimo filósofo, descubridor científico, extraordinario y prolífico escritor, conferenciante. Profundamente respetado por personajes de su tiempo como el poeta Rudyard Kipling, George Bernard Shaw, Thomas Edison y Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos del que Walter Russel fue, además de amigo personal, su escultor oficial. Por lo demás recibió, doctorado honoris causa, condecoraciones y distinciones en diversos países, incluida la Academia de Artes y Letras de Toledo en España.
Alguien que apenas había completado sus estudios primarios... "a los diez años tuve que dejar la escuela por reveses familiares y ponerme a trabajar", explica Walter Russel que había nacido en Boston, Massachusetts el 19 de Mayo de 1871.
¿Cómo es posible?. Y, sobre todo, ¿cómo era este hombre y cómo llegó a saber tanto y tan bien?.
Glenn Clark cuando se encuentra con él por primera vez le describe de la siguiente manera: "supe por el corte de su barba que hablaba con un artista. Por cejas anchas y por la profundidad de sus ojos que hablaba con un filósofo. Su modo eficiente y vital de hablar le revelaba como un hombre de acción. Había, además, una luz en sus ojos que le mostraban como alguien profundamente inspirado que vivía cerca de los Grandes Poderes Invisibles del universo. Además era de una sencillez y modestia pasmosas e inspiraba paz por todos sus poros. Por lo demás su aspecto físico era normal, de baja estatura aunque, como vimos, de una gran talla artística, moral, intelectual y humana.
En un momento de la entrevista celebrada en su estudio de escultura en Nueva York a mitad de los años cuarenta, Glenn Clark se vuelve hacia él y le espeta "¿Puede darme el secreto de su vida?". Walter Russel primero duda y luego responde: "Sí, creo sinceramente que cada persona tiene a un genio consumado dentro de ella. Algunas parecen tenerlo más que otras sólo porque son más conscientes de ello, es la consciencia o inconsciencia de esto lo que hace que unos sean maestros y otros estén atados a la mediocridad. Creo que la mediocridad es auto-inflingida y que la genialidad es auto-otorgada. Todos los hombres exitosos que conocí -y he conocido a muchos- llevan dentro de ellos la llave que les abre a esa consciencia y permite que entre el poder universal que los convierte en maestros".
¿Cuál es la llave?. Pregunta el entrevistador. "Esa llave es el deseo liberado en la gran Energía eterna del Universo". ¿Podría explicarlo? "La esencia de la grandeza no está en los libros ni las escuelas. Está escrita en la conciencia interior de quien quiera que intensamente busque perfeccionarse en sus logros creativos. Y esa esencia sólo es comprendida por esos hombres, cuyos mejores representantes destacan porque son infalibles trabajadores y sus mentes se hacen más agudas a medida que cumplen años.
La vida de los grandes hombres comienza a los cuarenta, cuando la de los hombres mediocres termina.
Los genios son una fuente de logros creativos hasta que exhalan el último suspiro. Han aprendido a recoger el pensamiento -energía y a utilizarlo para plasmar sus concepciones en formas materiales. Su pensamiento está dirigido en la dirección deseada. Son capaces de gran concentración y dejan una obra considerable a la posteridad. Estas características son compartidas por los grandes hombres de nuestro tiempo como Edison, Henry Ford o Theodor Roosvelt".
Su propia vida es un ejemplo de esto. Se mantuvo joven energético y productivo hasta una edad avanzada, igual le sucedió a Pablo Ruiz Picasso. El contento interior es la "variable de control" que promueve el éxtasis, "la condición normal de la mente genial". Ese éxtasis interior de la mente es fuente de juventud y fuerza. Quien la encuentra, encuentra la omnipotencia y la omnisciencia "...Mandas la naturaleza en la medida en que estás dispuesto a obedecerla ... la naturaleza es una diosa celosa para que te susurre al oído sus inspiraciones, tienes que quedarte completamente a solas con ella".
En una ocasión, Lilliam Russel le pregunta a Rodin si era difícil aprender a ser un gran escultor. "No, señora -le respondió- no es difícil. Es muy simple. Todo lo que tienen que hacer es comprar un bloque de mármol y sacarle lo que no quiere". Pero ¿cómo saber qué sacarle? ¿Cómo trasladar el pensamiento eterno en forma externa?. La fórmula de Walter Russel tiene cinco puntos: humildad, reverencia, propósito profundo y alegría.
"Nadie puede considerarse ni sombra de sabio si no aprende primero a "perder su yo", sólo perdiéndolo puede llegar a encontrarse".
1º- Humildad: se trata de abandonar la parte (yo personal) por el todo (yo universal). "Cuando alcancé el favor del público -dice Walter Russel- me sentí muy humilde porque supe en mi interior que había solamente comenzado a explotar mis recursos. Sabía que ni siquiera había alcanzado esa pulgada extra que separa de la mediocridad y que convierte a uno en un mensajero merecedor de serlo. Todo es idea, pensamiento, antes de plasmarse; todo proviene de la mente universal que conecta nuestras mentes y a la que pertenecen".
2º- Reverencia: "Nadie puede negociar, escribir un libro o inventar nada sin tener primero esa profunda reverencia que le hace saber y sentirse como un mero intérprete del mundo del pensamiento, alguien que crea un producto con un propósito en mente. Ahora bien si te fijas sólo en el producto tan sólo verás los efectos de la causa. Si, por el contrario, miras reverentemente en el sentido contrario, hacia adentro de ti mismo. Te quedarás pasmado con lo que allí encontrarás. Para ello necesitas quietud y soledad para conocerte completamente. Entonces escucharás los susurros de la fuente universal de toda consciencia que te inspirarán. Esos son los mensajes auténticos, las revelaciones auténticas que te informarán, guiarán y mostrarán el camino hacia la Fuente del mundo del pensamiento y con gran reverencia saldrás de la Fuente a través del mundo del pensamiento al mundo que llamamos Creación o producir a través de las interpretaciones, las imágenes que se aprecian en tu mente y que no ves. Pronto te encontrarás utilizando las fuerzas cósmicas que tampoco puedes ver, en lugar de trabajar ciegamente en la oscuridad. Aprendí a entrar en mi estudio con la reverencia con la que uno entraría en un santuario preparado para que yo me convierta en co-creador con el Pensador Universal de todas las cosas. Al entrar en mi estudio no me digo "soy escultor, debería de ser capaz de hacer eso". Sino que digo "soy un intérprete capaz de pensar aquello en mi que merece ser hecho". Cuando consigo esa sensación, ese ritmo, esa medida que viene a mí como inspiración, entonces sé que puedo producirla, y nadie en el mundo me puede convencer de lo contrario". Una anécdota al respecto de su capacidad como creador. Walter Russel había empezado a esculpir muy poco antes de recibir el encargo de esculpir el monumento a Mark Twain, era a la edad de cincuenta y seis años un reputado pintor pero no un escultor realmente. El concurso había quedado desierto porque la dificultad del proyecto -esculpir veintiocho figuras- imponía a los grandes talentos de la escultura en Estados Unidos que creían que no podía hacerse. Nunca se había hecho algo así con éxito. El monumento recibió los más encendidos elogios de Rudyard Kipling, John Masefield, George Bernard Shaw y otros escritores ingleses al punto que provocaron que el Gobierno británico adquiriese una réplica del monumento que quedó emplazada en los Victoria Embankment Gardens.
3º- Inspiración: "La inspiración viene sólo a aquellos que la buscan con humildad dirigidos hacia su propio logro y que reverencian todo lo creado. Con amor por tu trabajo, amor por la vida y reverencia por la fuerza universal que te da un poder ilimitado, sólo con pedirlo, puedes hacer todo aquello que te propongas. Los flashes de inspiración vienen sólo a aquellos que conectan en el universo y se armonizan con sus ritmos en comunión con él. La inspiración y la intuición son el lenguaje de luz a través del cual los hombres y Dios "inter-comunican". El universo no concede favores sobre los pocos que selecciona como sus intérpretes. Sino al revés. El universo da a aquellos que no siendo elegidos, piden. El "enchufe" que te conecta es el deseo. Edison deseaba ser informado sobre cómo utilizar la idea que nos proporcionó la bombilla eléctrica. Encerrado en su templo interior, recibió flashes que fueron acercándole poco a poco a la respuesta pedida. "Pide y recibirás". A ti te toca pedir. No puedo darte recetas concretas para encender tu chispa interior de fuego que te ilumine el camino hacia ti. Sólo puedo indicártelo y decirte que existe. A ti te corresponde encontrarlo. Y sólo puedes encontrarlo estando sólo con tus pensamientos el tiempo suficiente, a intervalos, para dar a tu voz interior la oportunidad de gritarte en voz distinguible " aquí estoy dentro de ti ". Es la voz silenciosa de la naturaleza que habla a quien tenga oído para escucharla. Enciérrate en tu habitación o vete al bosque donde puedas estar solo. Solo en la soledad el universo te hablará en flashes de inspiración. Y de repente verás que sabes cosas que antes desconocías. Todo conocimiento existe en el Dios-Mente que se extiende en este universo eléctrico de expresión creativa a través del deseo. Sólo tienes que conectar con él, no hay nada que aprender sólo recogerlo o reconocerlo porque ya es tu herencia".
4º- Propósito profundo: "Para que la transformación opere en tu interior precisas tener un propósito profundo y genuino ... tienes que concentrar la energía aislada e impedir que se dispare en nada que no sea tu propósito. Para que la energía se use se precisa de un plan y la cantidad de energía que fluye depende del propio deseo".
5º- Alegría: "Te sorprenderá saber que el principio compensador de equilibrio que te recarga con nuevo pensamiento-energía cuando hayas gastado parte de él creando. Yace en aquellas simples cualidades de tu mente que llamamos: gozo, felicidad, entusiasmo, inspiración, intuición, efervescencia y con el nombre cumbre de todos los nombres: éxtasis. Es fácil que compruebes cómo la alegría de un logro te recarga con una energía equilibrante que te catapulta para el próximo logro. Si tu trabajo no te proporciona alegría o gozo y lo encuentras monótono y pesado, la descarga de energía precisa para el logro te desvitalizará y envejecerá prematuramente. Al pasar de los años la mente se entorpece con la constante descarga de energía agotadora y desvitalizante que conduce al cuerpo a su desintegración prematura. Cuanto mayor sea el logro en el interior de tu consciencia, mayor será la fuerza del recambio de pensamiento-energía dentro de ti.
La persona extática es la más dinámica, la más silente y la que menos precisa demostrar. Por éxtasis me refiero a esa rara cualidad mental que convierte a un hombre inspirado en alguien totalmente feliz en su concentración mental hasta el punto que su mente está imperturbable y nada puede distraerle que sea ajeno a su propósito. En cambio está agudamente consciente y receptivo a cuanto atañe a él. Los grandes compositores, escultores, pintores, inventores y visionarios de todos los tiempos alcanzaban tal estado de éxtasis en sus horas creativas. Por éxtasis quiero decir gozo y por gozo interior me refiero a esos fuegos inspiradores que arden en el interior de la consciencia de los grandes genios, fuegos que les confieren una indomable vitalidad espiritual superadora de todas las dificultades, que se rinden ante ella como el trigo ante el viento. Aquel que cultive ese tranquilo y discreto éxtasis de gozo interno pude escalar a la altura que desee y ser líder en su campo sea cual fuere éste ... No hay ninguna indicación violenta aparente del éxtasis del que gozan en su soledad los grandes pensadores. No hay vestigios de dramatismo en ello tan sólo un a sutil luz en los ojos de la persona inspirada o una emanación aún más sutil rodeándole que te advierte que estás en presencia de alguien que ha superado la brecha que separa el plano mundano del mundo del espíritu.
Los afortunados que encienden esas hogueras de iluminación en su interior son aquellos que como Edison, Faraday o Goodyear nos proporcionan un nuevo tipo de civilización. Aquellos que como Mozart, Beethoven, Chopin o Tchaikowsky transforman los ritmos invisibles en visibles (y audibles) o aquellos, en fin, que como Michel Ángelo, Rodin o Rembrandt, traspasan sus éxtasis interiores regalándonos un universo reconocible de formas y símbolos. Esa alegría interior procede del milagro de descubrir el Yo que habita en el interior de cada ser humano. Con él viene algo más importante que el éxito medido en fama, riquezas y prestigio social. La Vida Triunfante transciende todo éxito material.
La Vida Triunfante es la de todo aquel que da al mundo, en expresión creativa, más de lo que recibe de las creaciones de los demás. La mayor ambición de cada uno de nosotros debería ser el convertirnos en ese tipo de persona. Si ese deseo habitara el corazón de todos y de cada uno, habríamos puesto punto final al desequilibrio que provocan la ambición y el egoísmo y con él a la explotación del hombre por el hombre, al odio, a las guerras y al miedo a las guerras".
Si en este artículo aparece, con alguna extensión, el pensamiento de Walter Russel es por varios motivos, dejando aparte la dificultad de encontrar sus libros.
1º- En primer lugar por su interés intrínseco. Es un extraordinario creador, genial en todo aquello que emprendió en una vida que equivale a la de cinco personas geniales juntas y diversas.
2º- Porque nos ofrece el camino por él seguido para conseguir sus más altos logros creativos.
3º- Porque coincide, en líneas generales, con lo que otros genios han dicho de sí mismos, de su vida y de su propio proceso creativo. Así el sabio y maestro oriental Aurobindo decía que quien crea que sus pensamientos los piensa él y surgen tan solo de su mente está tan errado como quien creyera que las noticias y la música y los reportajes se generan en el interior de un receptor de radio. Nuestra mente, concluye Aurobindo, es como ese receptor y transmisor de radio en la frecuencia adecuada para recibir la información de donde realmente emite. Paul Brunton, otro destacadísimo sabio británico maestro e introductor del Yoga en Occidente como disciplina de autorrealización y autor de una enciclopédica y profunda obra, es de similar opinión, Antonio Blay Fontcuberta, maestro de psicología de la autorrealización y autor, entre otros, de Creatividad y Plenitud de Vida, se manifiesta en similares términos: "nuestra mente individual está conectada a la Mente Universal de la que deriva todo su conocimiento y saber". Heisenberg, Schrödinger, Max Planck, Pauli, Edington, Einstein ... los grandes físicos de nuestra época llegaron, por diferentes caminos, a las mismas conclusiones (Cfr. al respecto el libro Cuestiones Cuánticas. Escritos Místicos de los Grandes Físicos, edit. Kairós, Barcelona). Otro tanto podría decirse de los estudios sobre la consciencia de Ken Wilber o Carl Pribran o del físico contemporáneo y meditador Zen Fritjof Capra autor de reconocidos libros como The Tao of Phisics y The Turning Point o de químicos como Ilya Prigogin, premio Nobel de química en 1977 y autor de su estudio sobre las estructuras disipativas en las que el caos se transforma en un cosmos de orden superior (Cfr. Prigogine y Stengers, La Nouvelle Alliance. Métamorphose de la Science. Gallimard 1986) o el físico David Bohm La totalidad y el Orden Implicado, o incluso D. Bohm y F.D. Peat Ciencia, Orden y Creatividad. Las raíces creativas de la ciencia y de la vida. (Ambos en versión española de la editorial Kairós).
Las anteriores investigaciones y otras que no citamos porque no nos anima un afán exhaustivo, sino expositivo, no hacen sino poner de manifiesto el Teorema de Kurt Gödel, matemático alemán que en los años treinta del siglo XX demostró, con números, que sólo comprendemos aquello que superamos. Así la aritmética, pongamos por ejemplo, sólo se entiende en profundidad si trascendemos al plano de la lógica y la alta política, la política de los grandes principios (libertad, equidad, etc.) cuando trascendemos al plano de la Ética. Análogamente la psique humana y su funcionamiento sólo es comprensible desde el plano óntico. Y el proceso creativo humano, cuando lo trascendemos. El Teorema de Gödel tiene más de sesenta años. Matemáticos brillantes de distintas escuelas han tratado de probar su falsedad. No han podido. Por tanto a fecha de hoy pasando ya en el año 2000 podemos afirmar que sólo podemos comprender el proceso creativo yendo más allá de lo pensado o creado y mirando más allá del receptor - transmisor. Porque, como dicen muy gráficamente los chinos, "el dedo que apunta a la luna, no es la luna".
Frases y textos cortos
"Cuanto mas posee el hombre, menos se posee a si mismo." Arturo Graff
"El alcohol es la anestesia con la cual aguantamos la operación de la vida.” George Bernard Shaw
"El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco por consiguiente el derecho a destruirla." Ghandi
"Dime con quien andas, y si esta buena me la mandas." Ser ciego no es nada, peor seria ser negro (Stevie Wonder)
"La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda." Voltaire
"Todos somos prisioneros de nuestra mente. Darse cuenta de esto es el primer paso en el viaje a la liberación." Swami Ram Dass
"La educación no consiste en un cúmulo de conocimientos sino en una gradual percepción de la realidad." Swami Vishnudevananda
"El pensamiento hace al hombre y el hombre hace la civilazación. Los pensamientos de depresión, fracaso, debilidad, oscuridad, dudas, temor, etc. son negativos. Cultiva pensamientos positivos de fortaleza, confianza, valor, alegría. Los pensamientos negativos desaparecerán." EL PENSAMIENTO Y SU PODER Swami Sivananda
"...el inconsciente puede ser el generador de la personalidad empírica, de tal manera que nuestra existencia inconsciente, fuera del continuo espacio-tiempo en que normalmente vivimos, es la real y nuestro mundo consciente una especie de ilusión, una aparente realidad construida para un fin específico, como un sueño que parece una realidad mientras que estamos sumergidos en él." Dr. Karl G. Jung
En la vida existen las nubes y existe el cielo. Muchos maestros orientales dirán que antes de este estado que ellos llaman "Iluminación" - se identificaban con las nubes y estaban presos de este sentimiento. Después de la iluminación ellos se identifican con el cielo... - ¡Oh, ahí viene una nube, una nube negra! Viene y se va... Es tan sencillo que parece increíble. Y después de un momento dirás: - ¡Eh! Pasaron seis meses desde que vino una nube negra. Pero no voy a hacer depender mi felicidad de si las nubes vienen o no. Pero lo que te sucede ahora es que estás en tensión por estar deprimido y cuanto más se combate la depresión, peor se vuelve. Debes enfrentarte con estas cosas sin combatirlas, porque cuánto más las combates más las fortaleces. Cuentan que había un gran Maestro Zen de quien se decía que había alcanzado la Iluminación; y un día su discípulo le dijo: - Maestro, qué ha obtenido con la Iluminación? Y él respondió: - Bien, te diré esto: antes de estar iluminado solía estar deprimido... Después de haber sido iluminado seguí estando deprimido... Es desconcertante! ¿No? La depresión no ha variado; ha variado la actitud del maestro hacia ella. Por extraño que parezca él no afirma: - No seré feliz hasta que esta depresión se vaya... ¿Sabes?, tú también podrías estar sereno y calmo y ser feliz mientras persiste la depresión, sin combatirla, sin ser perturbado por ella, sin tratar de... ¡nada! Estarás sereno. Ésa es la diferencia. Entonces podrás atravesar por pesares físicos, e incluso por sufrimientos emocionales, y no ser perturbado por ellos.
CUENTO: ANGEL GUARDIAN
El Poder de la Mente
Siéntate cómodamente. Afloja la ropa que te apriete y olvida tus preocupaciones. Respira hondo y relájate. Piensa en un limón. Ahora ves su color amarillo y su textura. Notas al tacto la forma de su piel y la forma de sus extremos, así como la sensación de su peso. Con un afilado cuchillo lo cortas por la mitad.
Notas el olor fuerte y penetrante que te trae recuerdos; aprietas una mitad y ves las gotas de zumo que salen despedidas. Disfrutas del olor. Después, lo acercas a tu boca y pasas la lengua por la parte recién cortada. Te das cuenta del sabor ácido y potente de la fruta. Observa cuanta saliva has producido.
Esto es una pequeña prueba al alcance de cualquiera para observar el poder de la mente sobre el cuerpo.
T E C N I C A S
Concentración
Significa el enfocar la mente en una sola cosa (objeto, pensamiento, etc). Advierte que los pensamientos se tratan como "cosas", porque es lo que son. Ya te darás cuenta.
Elige un sitio tranquilo y silencioso, y ponte sentado cómodamente. Esto será válido para cualquier ejercicio que en adelante se describa.
Limítate a contar cada vez que inspiras al realizar una respiración. "Inspirar 1", Inspirar 2" .... etc. Será normal que otros pensamientos se presenten. No luches contra ellos, se harán mas fuertes. Deja que se agoten ellos solos.
Cada vez que pierdas la cuenta, limítate a empezar. No te juzgues, no evalúes: no compites con nadie, ni ese es el fin. Verás que no es nada fácil, pero que te sientes mejor y que tus pulsaciones han bajado y respiras mas pausado. Eso es un beneficio añadido.
Hay muchos más métodos, pero a ti te corresponde investigar.También habrás notado que los pensamientos tienen vida propia, aparecen, molestan y generalmente, se van. Piensa que los pensamientos son tuyos, pero tu eres mas que tus pensamientos.
Respirar
Todo lo que está vivo, respira. Aprender a respirar nos da mas vida y de mejor calidad. Lo que viene a continuación es un extracto de la respiración en yoga, digamos las nociones. Hay muchas más técnicas, pero con esta ya notarás resultados espectaculares.
La técnica se denomina respiración rítmica y es la siguiente:
Inhalas profundamente por la nariz contando cuatro tiempos, retienes dentro de ti la energía y la dejas que se mueva durante cuatro tiempos; nuevamente en cuatro segundos exhalas por la boca, se retiene por cuatro tiempos y ya una vez que has vaciado los pulmones, se respira por cuatro segundos más; en resumen se hace un ciclo en cuatro tiempos: inhalar , retener, exhalar y retener.
El ejercicio debe de hacerse cuando menos durante ocho veces seguidas, con el fin de aquietar la mente, de relajarnos y de sentirnos muy bien. Como ves, requiere concentración, pero merece la pena.
En páginas sobre yoga hay mucha más información. También conviene informarse sobre respiración ABDOMINAL y CLAVICULAR.
Espero que te haya picado la curiosidad...
Relajación
Primer paso: Cierra tus ojos y empieza a respirar profundamente y lo mas lentamente que puedas, inhalando por la nariz, y exhalando por la boca.
Segundo paso: Concentra tu atención en tus pies, en tus pantorrillas y en los muslos de tus piernas y ténsalos fuertemente por unos instantes y luego suéltalos, siente la diferencia de tensión y soltura, ahora concentras tu atención en tu cadera y haces los mismo, la tensas por unos instantes y luego la aflojas y sientes la diferencia entre la relajación y la tensión, ahora te concentras en tus músculos abdominales, los tensas y sueltas, ahora tus brazos, antebrazos y manos, ténsalos fuertemente y luego suéltalos, ahora tu cuello, ténsalo y suéltalo, finalmente tensa en un solo golpe tu cuerpo y suéltalo durante todo este proceso habrás de seguir respirando profundamente, cada vez mas profundamente.
Tercer paso: En este instante tu habrás conseguido sentir la diferencia entre tensión y relajación. Ahora al seguir respirando profundamente repasa todos los músculos de tu cuerpo: nuevamente las pantorrillas, los pies, los muslos, las caderas, los músculos abdominales, el pecho, el cuello, los trapecios, los músculos de la cara; revisa si tienes algo tenso, y si lo encuentras suéltalos, relájate suavemente.
Cuarto paso: Una vez que estas seguro que no hay tensión, deberás sentir mucho más ligero lo que antes sentías de pesado, tu cuerpo se ha reducido y te sientes como si fueras de una sustancia sumamente ligera, de hecho sientes como si flotaras en el aire.
Quinto Paso: Sigue respirando profundamente inhalando y exhalando y te sigues sintiendo cada vez más ligero, en este punto habrás de permanecer algunos minutos gozando del estado de relajación.
Sexto paso: Debes mantenerte en ese estado el mayor tiempo posible y sobre todo reconocer la gran diferencia que existe de la tensión a la que estabas acostumbrado a lo que es una relajación. Empiezas a inhalar menos profundamente para ir regresando a tu estado de vigilia y al regresar a este estado no permitirás mas la tensión en tus músculos, te debes sentir relajado aun haciendo tu vida cotidiana, esta es una cuestión meramente de hábito, de costumbre y de práctica.
Desde luego, esto no quiere decir que esta pueda ser la única técnica que se utilice para relajarse, existen muchas y muy variadas, sin embargo, en la experiencia que nosotros tengo he visto que esta es la más sencilla, la más simple y en breves minutos puede llevarte a un estado de relajación total, con el gran beneficio que esto significa para tu cuerpos.
La práctica de la relación debe hacerse diariamente, ya sea en la mañana al levantarse, al mediodía o en la noche antes de dormir, es una práctica que indudablemente nos ayudará a permanecer durante todo el día con menor tensión de la normal, incluso con la práctica se puede hacer durante las horas de trabajo cuando sintamos gran tensión por los problemas cotidianos de nuestra labor; en fin, no existe ningún limite para que podamos practicar las veces que queramos en el día.
Si se hace una sola vez al día por falta de tiempo, se recomienda que sea por la noche y hay que dedicar a esta cuando menos quince o veinte minutos para que la relajación pueda realizarse profundamente y así desaparezca toda la tensión que tuvimos en forma inconsciente durante todo un día normal de trabajo.
Meditación
La meditación es la atención pura y absoluta sin asirse a nada.Hay tres pasos en la meditación:
DESPEJAR LA MENTE,
OBSERVAR LA MENTE
DOMESTICAR LA MENTE.
Despejar la mente
Su finalidad es acallar el torrente de pensamientos que fluye en nuestra cabeza.
La primera de ellas es la que se explica en concentración sobre contar respiraciones. La frontera entre concentración y meditación es muy difusa...
Otra meditación es concentrarse de la misma manera en los latidos del corazón. Para ello, debe tomarse el pulso. Pero con el tiempo, sentirá su corazón.
La última que propongo es contemplar las nubes, una hoguera, el mar o lo que te guste. No tienes que buscar sentido a lo que ves, ni buscar pautas, ni juzgar. Sólo hay que mirar, sin más.
Cuando un pensamiento aparezca en la mente, vuelve a mirar. Eso es todo. Nada menos que eso.
Observar la mente
Aquí, el objeto de la meditación son los propios pensamientos.
La primera meditación es contar pensamientos. No se debe entrar en el contenido, sino simplemente contarlos. Lleva la cuenta, nada mas. Puede ser que no aparezca ninguno, en ese caso, disfruta del momento. La finalidad del ejercicio es que te des cuenta que los pensamientos son cosas, nada mas.
Otra meditación es darse cuenta de cómo se encadenan los pensamientos. Ahora hay que entrar en el contenido del pensamiento y ver cómo un pensamiento lleva a otro y este a otro y así toda la cadena. No hay que implicarse, sólo observar como se desarrolla el proceso.
Domesticar la mente
En esta página vamos a tratar sólo de la relajación y de la visualización. Hay mas, pero son más complicados y extensos de explicar.
En la relajación, partiendo del ejercicio de relajación anterior, hay que profundizar. En cierta manera se parece a la autohipnosis.
Imagina que frente a ti hay una escalera. Tiene diez peldaños y empiezas a bajarlos. Con cada peldaño que bajas, estás más y más relajado, hasta llegar al último en el que estás totalmente relajado. Ahora ves una puerta y la abres.
Allí te encuentras en un paisaje a tu elección. Debes imaginarlo con todos los sentidos, como el truco del limón. Si imaginas una playa, tienes que verla, oír el mar y las olas, sentir el olor a algas y yodo y notar la arena y la brisa marina, así como el sol en tu piel.
Para la visualización, la técnica mas sencilla es jugar con colores.
Aprende a crear una pantalla mental. Será como una pantalla de cine en la que proyectes lo que quieras. Para empezar, vamos a calibrarla: píntala de rojo, luego de verde, luego azul claro, azul oscuro, naranja, amarillo, etc.
Haz combinaciones de dos colores. Luego haz formas simples: triángulos, cuadrados, círculos de colores, etc. También puedes atreverte con tres dimensiones... Tu imaginación pone el límite.
Consideraciones finales
Habrás notado que todo esto es fácil de entender, aunque practicarlo es otra historia. Todo esto es sólo una introducción, aunque vale para toda la vida.
Ahora te corresponde a ti investigar. Un consejo: huye de gurús y demás gente extraña, a ti te toca aprender.
Piensa por ti mismo.