La Iniciación es tu misma vida. Si quieres la Iniciación escríbela sobre una vara. El que tenga entendimiento que entienda, porque aquí hay sabiduría.
Asi, pues, no basta decir yo soy cristiano, es que hay que probarlo en la misma vida. Pues, como hemos dicho: “La Iniciación es la misma vida”.
Tenemos que hacer carne y sangre en nosotros la doctrina del Divino Nazareno. Y en las pruebas de la Iniciación, nos toca probar con hechos, y no con teorías, ni con sermones; que realmente hemos hecho carne y sangre en nosotros la doctrina del Cristo.
La Iniciación no es cuestión de teorías, sino de realidades. “Absolutamente prácticas”.
El que quiera recibir la Iniciación, tiene indispensablemente que aprender a salir conscientemente en cuerpo astral, y practicar el arcano AZF.
Lo primero que se necesita es despertar la Conciencia. Sucede que los seres humanos durante las horas del sueño, cuando no están entre el cuerpo físico, deambulan por el astral absolutamente dormidos y se ocupan en las mismas cosas del día. Esos dormidos no sirven para iniciados.
Así pues, lo primero que se necesita es despertar la Conciencia, y para ello hay necesidad de cultivar el discernimiento.
Por ejemplo, si usted, querido lector, en instantes en que se encuentra leyendo este libro, ve entrar a su casa un elefante o un cocodrilo, ¿No se le haría raro a usted? ¿Será usted un individuo tan inconsciente, que ni siquiera se le ocurra averiguar ese curioso adefesio? ¿Seguiría usted adormecido?
Si usted realmente es un individuo así de inconsciente, entonces no sirve para Iniciado. Pues un discípulo de los Maestros al ver una cosa tan rara, como un elefante o un cocodrilo entrando a la casa, o un fallecido, o un misterioso artefacto, o simplemente cualquier cosa curiosa, lo primero que hace es preguntarse a sí mismo: ¿Dónde estoy yo? ¿Estoy yo en el mundo físico, o en el mundo astral?
Naturalmente, el neófito debe saltar con la intención de volar, y es lógico, que si flota, es porque se halla en el mundo astral, y entonces lleno de gozo despierta en ese mundo y se dirige, ya al “Salón de niños”, o a la Iglesia Gnóstica, donde los Maestros lo enseñan y ayudan.
Muchas veces una bella puesta de Sol, o el encuentro con un fallecido, o simplemente cualquier detallito insignificante son suficientes para que el chela se haga a sí mismo esta pregunta: ¿Estaré en el plano físico o estaré en el plano astral?
Este ejercicio se llama discernimiento, y hay que habituarse a él, practicándolo durante la vigilia para que se grave en el subconsciente, y actúe durante el sueño. Y así llega el instante en que el ser humano adquiere la Conciencia continua.
La Iniciación no se compra ni se vende. Huyamos de aquellas escuelas que dan iniciaciones por correspondencia. Huyamos de todos aquellos que venden iniciaciones.
La Iniciación es algo muy íntimo del Alma. El yo no recibe Iniciaciones. Aquellos que dicen: “yo tengo tantas iniciaciones”, “yo tengo tantos y tantos grados”, son mentirosos y farsantes, por que el yo no recibe Iniciaciones ni grados.
Existen nueve Iniciaciones de Misterios Menores, y cinco importantes Iniciaciones de Misterios Mayores. El Alma es quien recibe las Iniciaciones. Eso es demasiado íntimo; eso no se anda diciendo, no se debe contar a nadie.
Todas las iniciaciones y grados que confieren muchas escuelas del mundo físico, realmente no tienen ningún valor en los mundos superiores. Los Maestros de la Logia Blanca sólo reconocen como verdaderas, las legítimas Iniciaciones del Alma. Eso es completamente interno.
El discípulo puede subir las nueve arcadas, atravesar todas las nueve Iniciaciones de Misterios Menores sin haber trabajado con el Arcano A.Z.F. Empero, es imposible entrar a los Misterios Mayores, sin trabajar con el Arcano A.Z.F.
En Egipto todo aquel que llegaba a la Novena Esfera, inevitablemente recibía de labios a oídos el secreto terrible del Gran Arcano. (El Arcano más poderoso. El Arcano A.Z.F
lunes, 17 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario