sábado, 15 de marzo de 2008

el mal -superficial y basico-

¿Existe el Diablo?

"Él es tan antiguo como Dios, y es considerado el maestro de la seducción y el causante de todo lo malo en el mundo. Desde hace milenios es usado como cómoda excusa para calumnias, persecución y crueldad. ¿Quién o qué es Satanás realmente? ¿Por qué todavía nos da escalofríos escuchar su nombre? ¿De qué tenemos temor?"

Así dice la introducción a un artículo de la "Revista de Peter Moosleitner" (de Marzo 2002) acerca de este tema, del cual citamos, en forma resumida, lo siguiente:

"El diablo - el siniestro poder mundial"

¿Quién o qué es el diablo en verdad? ¿Existe? ¿Es cierto que él, como creen los fundamentalistas cristianos y musulmanes, está bien encaminado para destruir el mundo - con la ayuda de los medios de comunicación, los carteles de los señores de la droga, los ritmos del Rock pesado y los nuevos cultos satánicos? Si nos descuidamos, ¿tiene el mundo en sus manos como un poder tenebroso e invisible?

Aquel que no se compromete con el diablo, pronto se verá confrontado con una característica básica del mismo: la costumbre de Satanás de turbar el espíritu con paradojas y de enredarlo en viciosos juegos mentales. (La palabra griega ‘diábolos’, por ejemplo, de la cual deriva nuestra palabra ‘diablo’, significaba originalmente "el que desordena".) ¿Quién es el diablo? La respuesta es paradójica: en primer lugar la víctima de la mayor satanización que jamás haya tenido lugar en la historia. El investigador norteamericano en asuntos religiosos, Jeffrey Burton Russel, de la Universidad de Santa Bárbara, dice: El diablo es el producto secundario de un cambio de paradigmas en el cristianismo primitivo: el surgimiento del ‘Dios amoroso’.

Pero, después de todo, ¿quién es realmente el responsable de los asesinatos y homicidios, del hambre, de la mortandad infantil y de la injusticia? Buscamos esa oveja negra y la hallamos. Es el diablo, el adversario de Dios.

De él se tomó el emblema de la serpiente, la forma en la cual el diablo se acerca a los seres humanos en el jardín del Edén. La figura más contradictoria y atrayente de todas las "representaciones del diablo", sin embargo, es la figura bíblica de Lucifer. Ángel predilecto de Jehová. Un ser brillante, que sedujo al ser humano a comer del árbol del conocimiento - y que así introdujo en el mundo el ego, la presunción, el espíritu de contradicción y el impulso desenfrenado por cuestionar todo. En realidad, dice Jeffrey Burton Russel, Lucifer incorpora, con un gran oportunismo, a la competitiva sociedad moderna: autoafirmación, deseos de poder, y una curiosidad que no se detiene ante secretos peligrosos, como en la investigación genética.

Todo esto hizo que el hermoso ángel se rebelara contra Dios, que se sintiera semejante a Dios (‘Subiré más allá de las nubes y seré igual al Altísimo’). De este modo, finalmente, es echado del cielo. Con él caen todos los ángeles que se le habían unido y se convierten en demonios. El mito de Lucifer y de los ‘ángeles malos’ que caen del cielo, sin embargo, no existe solamente en la Biblia, sino - según el autor Carl-Friedrich von Steegen (en su libro ‘Satanás, Retrato del diablo revivido’, del año 1998) - en casi todas las culturas del mundo. Posiblemente, represente el recuerdo colectivo de la humanidad de catástrofes cósmicas, en los tiempos de la antigüedad, causadas por impactos de meteoritos.

El actual experto del Vaticano, el Prelado Corrado Balducci, anteriormente exorcista en jefe de la Diócesis de Roma, presentó en 1988 el resumen de sus conocimientos. De acuerdo con sus hallazgos, actualmente Satanás está deambulando por la tierra en 1:758.640.176 formas diferentes.

La primera orden de búsqueda y captura de Satanás ya fue elaborada en la visión apocalíptica del evangelista Juan: ojos incandescentes, terribles garras y dientes, una boca que hecha fuego. Más tarde, como consecuencia de su caída del cielo, se le inventa una cojera en un pie.

Pero, en realidad, no se puede bromear con Satanás. Como poder maligno, actúa también hoy en el mundo entero, enciende el odio, el fanatismo y la necedad. Es posiblemente la excusa más antigua del mundo para los actos malvados, desde pequeñas cosas hasta el asesinato. Con 66 puñaladas y golpes de martillo los adoradores de Satanás mataron en julio del 2001 a Manuela (de 23 años); y Daniel Ruda (de 26) mató a Frank, su compañero de trabajo de 33 años de edad. Satanás mismo habría obrado a través de ellos, declararon delante del tribunal de justicia en Bochum, rechazando toda responsabilidad por el acto. Daniel Ruda dijo: "Nosotros no somos asesinos. En un accidente de tránsito tampoco se culpa al vehículo, sino al conductor."

En el tenebroso ámbito de una comprensión distorsionada del diablo, surgen en el siglo 19 los así llamados cultos satánicos; los que siguen existiendo mayormente hasta en nuestros días. (No debemos confundirlos con los grupos de jóvenes que actúan bajo el mismo nombre, como señal de rebeldía contra lo establecido, alborotando en los cementerios.) Su dogma: la ‘desdemonización’ de la concupiscencia y de la promiscuidad sexual, el apartarse de la moral y del ser una persona buena.

"‘Haz lo que quieras’, es la única ley", dice la regla de vida publicada por Alister Crowley (desaparecido en 1947), uno de los cabecillas más importantes del satanismo. También la "Iglesia de Satanás", fundada en el año 1966 en los EEUU (la que con una membresía estimada en 20.000, posiblemente sea la sociedad satanista más grande a nivel mundial) predica la falta de consideración y el egoísmo. Fue fundada por Anton Szandor LaVey, quien actuaba en el rol del diablo en la película de Polanski llamada "El bebé de Rosmary".

¿De modo que el diablo es solamente un ícono para las pseudo-religiones? ¿Ha dejado de ser el atrapador de almas, el aterrador, el poder de la oscuridad? En una encuesta recientemente realizada para la revista, de mil encuestados el 23 por ciento (y entre ellos sorprendentemente muchas personas con cargos públicos) dijeron: "Yo creo que existe el diablo"; el 14 por ciento consideró que hacer un pacto con él es posible, y un nueve por ciento admitió tenerle miedo. Es mucho más común, sin embargo, que la gente hoy en día considere al diablo como un invento para explicar el mal (un 68 por ciento), y un instrumento de poder con el cual la iglesia intenta ejercer presión (un 49 por ciento).

Sobre todo, es interesante una respuesta dada también con mucha frecuencia. Casi la mitad de los encuestados dijo: El diablo está dentro de nosotros. Admitido: esto no es una idea totalmente nueva. San Agustín y Martín Lutero ya identificaron el mundo interior del ser humano como el verdadero campo de batalla del diablo. Pero recién con el surgir de la sicología se impuso esta idea: el diablo en verdad no existe, sino solamente las energías negativas del alma.

Sin embargo, el hecho de que estemos tirando al diablo por la borda quizás no sea nuestra mayor victoria; sino su victoria sobre nosotros."

De este intento de análisis se desprende la dificultad de saber algo más acertado sobre la existencia de Satanás. Las opiniones son muy diferentes una de la otra, y van desde un temor concreto del diablo hasta la idea de que es un invento para explicar el mal, pasando por la opinión de que es fruto de la imaginación y una caricatura. No obstante, aceptemos o no su existencia; sin lugar a dudas, es un hecho que lo malo existe, y eso hasta el punto más terrible, enorme e inhumano. Al decir esto se presentan naturalmente las preguntas: ¿De dónde viene el mal? ¿Cuál es su origen? ¿El mal es solamente un producto de la evolución? ¿Será que la "sopa original" estaba parcialmente agria y se derramó, haciendo que el pecado se extendiese? ¿O será que hay algo más detrás de todo esto? ¿Cuál es la causa del horror y de la maldad, el origen de la muerte y del temor?

1 comentario:

Anónimo dijo...


Las personas que se consideran buenas de Corazòn ( sin auto-alabanza), posiblemente
en primer lugar, tendrìan que considerar a otro miembro- sujeto de la Creaciòn como
hijo tambièn de Dios.- Obviamente, los que tienen algo de Inteligencia pueden deducir:
que para que exista el Mundo tiene que haber un " Ying - Yang " ( lo bueno y lo malo).
Ahora bien: Hagamos una pregunta sincera y responder sin hipocresìa ;: ¿ Què es lo que
predomina en el Mundo actual... la Bondad o la Maldad ?.
Entonces, tomando en consideraciòn lo que està escrito en la primera linea, para mencio-
nar al que " administra " el Mal, se le debe llamar " Luzbel " y no " Lucifer ".-Y por
ùltimo para seguir viviendo con dignidad, no se debe hacer el Mal a nadie.